Leyendas oscuras de la misión
Giuliana
Chiappe, El
Universal, Caracas, domingo 19 de diciembre,
2004.
Cuando Ulises Bernal decidió desertar
de Misión Barrio Adentro estaba resuelto
a librar una guerra tan difícil como la
de Troya. Pero hasta ahora su historia no termina
con honores que recibió su homónimo
de la antigua Roma.
Este Ulises cubano, galeno enviado por el gobierno
castrista a ayudar en el plan social, desertó
en enero de 2004 pero, a diferencia de otros médicos
más callados, lo hizo a voz en cuello.
Ante medios de comunicación, declaró
su escape y más que motivos políticos
ofreció unos sociales: falta de medicamentos
impedían la debida atención a los
pacientes de los barrios.
Lo detuvieron el 4 de febrero mientras se encontraba
con un periodista de televisión, Robert
Prieto, quien lo acusó de haberlo sometido
con unas tijeras para forzarle a llevarlo a Colombia.
Fue el mismo Prieto quien, aparentemente, en una
parada del camino llamó a las autoridades
y denunció a Bernal. Lo detuvo la Guardia
Nacional. Desde entonces está preso en
el Estado Táchira esperando ser procesado
en Venezuela por privación ilegítima
de libertad bajo amenaza de muerte. Después
de ser juzgado podría ser deportado a Cuba,
adonde sería procesado como traidor a la
patria, lo que reporta prisión por 20 años.
Bernal sufre de diabetes y de síndrome
nefrótico, que genera complicaciones en
los niveles de triglicéridos y colesterol,
además de ciertos problemas circulatorios
y retención de líquidos y sal. Por
los momentos, en su prisión tachirense,
recibe ayuda económica de la organización
no gubernamental Solidaridad Sin Fronteras para
financiar las medicinas que requiere y parte de
los honorarios de su abogado. Los directivos de
SSF denuncian que ni siquiera permiten a Bernal
recibir la atención médica que requiere.
Misterios de adentro
Para la gente de SSF no cabe duda que la captura
de Bernal fue traición. O una trampa: "¿Cómo
alguien, sin armas, con unas tijeras, secuestra
dos hombres y encima les permite pararse en la
carretera?, se asombra Alfredo Melgar.
Otro caso que involucra a un médico cubano
sigue dejando dudas: el de Alexis Jiménez
Pérez, encontrado muerto en agosto del
año pasado en una pensión de La
Pastora. La versión oficial es que fue
víctima de una bala perdida en medio de
un enfrentamiento entre bandas. Inicialmente se
dijo que pertenecía a Barrio Adentro, pero
luego se informó que Jiménez estaba
en Venezuela desde 1995, que no trabajaba en la
Misión y que había entrado y salido
de Cuba.
Lourdes Munagorri es una sexagenaria que vive
en Miami y es prima de la madre de Jiménez.
Según Munagorri el gobierno cubano no se
hizo cargo del traslado del cuerpo de Jiménez
a La Habana. Confirma además que Jiménez
era médico y que estaba en el país
desde 1995: "Sé que una vez fue para
Cuba. Cuando lo mataron su mamá me llamó
y contó que no lo habían podido
enterrar en Caracas porque no había quien
pagara eso. Al final parece que amigos de él
se hicieron cargo. El no era político,
él con el régimen nada".
Más misterioso es el caso de Ernesto Tiranzo
referido por los miembros de SSF. Según
ellos, Tiranzo formaba parte de la misión
y murió en circunstancias tan poco claras
que ni siquiera su muerte se dio a conocer. La
denuncia llegó a la organización
a través de parientes de Tiranzo en Florida
quienes aseveran que el cuerpo fue trasladado
a La Habana y enterrado sin que su familia pudiera
verlo. Circula la versión del suicidio.
Y del asesinato. En SSF señalan que Tiranzo
habría contactado a opositores venezolanos
para organizar su deserción.
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