Kirchner habló con Bielsa
sobre la tensión diplomática con Cuba
El Presidente y el Canciller
se reunieron en la Casa Rosada para analizar la
situación de Hilda Molina, en el más
completo hermetismo
Infoabe,
Argentina, 20 de diciembre de 2004.
El presidente Néstor Kirchner y el canciller
Rafael Bielsa analizaron esta mañana la
estrategia a seguir frente a la tensión
diplomática con Cuba, a raíz de
la situación de la médica Hilda
Molina, quien desea viajar a Buenos Aires para
reunirse con su hijo y nietos pero el gobierno
de Fidel Castro se lo prohíbe.
El encuentro, del que no hubo información
oficial, se produjo luego que versiones periodísticas
mencionaron las renuncias del embajador argentino
en La Habana, Raúl Taleb, y del jefe de
Gabinete de la Cancillería, Eduardo Valdéz,
y su inminente reemplazo.
Sin embargo, hasta ahora ni siquiera se confirmaron
oficialmente esas dos dimisiones dadas por seguras
por la mayoría de los medios periodísticos.
Las versiones de fuentes gubernamentales anticipaban
la posibilidad de que Valdés sea reemplazado
por el hasta ahora secretario privado de Bielsa,
Aníbal Gutierrez.
El gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti,
intentó, a su vez, despegar a Taleb -su
amigo personal-, de las fallidas negociaciones
para que Molina pudiera dejar la Isla.
Busti opinó que el diplomático
fue una "víctima" más
de lo que sucedió en torno del caso Molina,
y estimó, en todo caso, que "su error
fue hablar cuando no tenía que hablar".
"De alguna manera, él no fue partícipe
de lo que pasó", afirmó el
mandatario provincial, y luego dijo que quería
"dejar a salvo la honorabilidad de Taleb".
Más allá del cimbronazo interno
que produjo el caso, el Gobierno no logró
ningún avance concreto con el gobierno
de Fidel Castro para que la neurocirujana cubana
pueda reunirse con su hijo, Roberto Quiñones,
que reside en Argentina.
Tras la negativa de Fidel de autorizar el viaje
de Molina y su anciana madre a la Argentina, las
alternativas que se barajaban era que la reunión
de la médica con su familia fuera en La
Habana o en un tercer país, como Venezuela.
Hasta ahora no se comunicó ninguna resolución.
La médica cubana disidente dijo, en tanto,
estar "convencida" de que es "peligroso"
que su hijo viaje a La Habana, tal como propuso
Castro tras rechazar el pedido para que la mujer
viniera a Buenos Aires.
"Yo estoy convencida, sigo pensando que
es un peligro para mi hijo" que regrese a
Cuba, afirmó la neurocirujana, quien dijo
que para decir eso se basa en la "conducta
actual del gobierno" de Castro para con ella
y su familia.
Según sostuvo Molina, el gobierno de Castro
"evidencia una carga de odio, de todas las
miserias que se pueden dirigir contra una familia,
contra una persona".
Por su parte, Quiñones confesó
que se siente "totalmente desamparado",
aunque admitió que él sabe que "el
gobierno (argentino) ha hecho lo que ha podido
acá".
"Pero realmente yo me siento como que nos
hemos quedado en este último tramo sin
un apoyo", concluyó Quiñones,
en alusión a la inminente salida del Jefe
de Gabinete de la Cancillería, Eduardo
Valdés.
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