La postración ante Cuba
Trino Márquez. Venzuela
Analítica, 16 de diciembre de 2004.
En la sufrida isla antillana impera desde hace
45 años la tiranía más despótica
que haya conocido América Latina en toda
su historia, y, precisamente, es con su régimen
con el que Hugo Chávez mantiene las más
cordiales y estrechas relaciones políticas
(las relaciones económicas más fructíferas,
que es otro cuento, siguen siendo con Estados
Unidos y Colombia, países con gobiernos
serios). En estos momentos el teniente coronel
de nuevo se encuentra en Cuba. En esta oportunidad
se trata de una visita oficial con un doble propósito:
"reafirmar los estrechos vínculos
de amistad y cooperación entre los pueblos
de Bolívar y Martí", según
las originales palabras de Andrés Izarra,
el ministro de Información vernáculo;
y, además, celebrar con honores de Estado
los diez años de la primera visita de Chávez
a La Habana. Además del cántico
de los pioneros, la fiesta incluye una visita
al auditorio de la Universidad de la Habana, donde
el jefe del MVR rememorará su discurso
sobre el "mar de la felicidad". Ni en
los tiempos de Leonid Breznev (el jefe soviético
que concentra mayor poder en sus manos después
de Stalin), Fidel Castro se había mostrado
tan obsequioso. El decano de los sátrapas
del mundo en un acto teatral se desvive por halagar
a su pupilo criollo. ¿Quién no adula
cuando le venden a precios viles 53 mil barriles
de petróleo a diario? La debilidad frente
a Cuba no es sólo de Chávez, es
de todo el Gobierno. En su reciente a visita a
Venezuela Ricardo Alarcón, presidente de
la Asamblea del Pueblo Soberano de Cuba, que así
se llama el precario Parlamento antillano, fue
entrevistado por Vladimir Villegas, presidente
de Venezolana de Televisión. En ese contacto
el antiguo periodista, conocido por su garra y
por la vehemencia con la que defendía los
derechos humanos de los débiles, no le
formulo ni una sola pregunta que pusiera aunque
fuese incómodo al burócrata isleño.
La gentileza propia de un anfitrión se
convirtió en complicidad. Materias obvias
sobre las que había que interrogarlo fueron
deliberadamente ignoradas. El mismo personaje
que hace poco proponía comicios transparentes
en todos los espacios institucionales del país,
no preguntó, por ejemplo, ¿por qué
la Asamblea Nacional de Cuba no es la expresión
de elecciones libres, organizadas por un poder
electoral independiente, en las que participen
las distintas fuerzas políticas que existen
en la isla?; o ¿por qué en la elección
de los diputados sólo concurre el Partido
Comunista Cubano? No incluyó ni una sugerencia
sobre el Proyecto Varela y el liderazgo de Armando
Payá. Tratándose del director de
una planta de televisión y comunicador
social, el espectador informado esperaba que le
preguntase al dirigente antillano si, digamos,
los líderes del Proyecto Varela son invitados
a participar en los programas donde se tratan
problemas relacionados con el acontecer político
de su país; o por qué existe el
delito de opinión en Cuba, puesto que más
de 70 disidentes, entre ellos periodistas la mayoría,
fueron apresados recientemente. El diálogo
entre Villegas y el jefe revolucionario transcurrió
como si en efecto Cuba fuese un paraíso
acechado por ese demonio llamado George Bush.
Sin ruborizarse el periodista habló de
la dictadura de los medios de comunicación
en Venezuela delante de uno de los responsables
principales de que en Cuba, tipo ideal de totalitarismo,
no exista ni la más inocua libertad de
expresión.
¿Por qué tanta obsecuencia? Nada
tiene que ver con el funcionamiento de las neuronas
de Villegas. Estas trabajan perfectamente. Tanto
que colocó VTV al servicio incondicional
de la autocracia chavista. Estoy seguro de que
si tuviese la oportunidad de entrevistar a Bush
en su programa, Tribuna del Cambio, regresaría
por sus viejos fueros. Sería tan sagaz
como Oriana Fallaci. Concebiría esa entrevista
para la historia, tal como la intransigente periodista
italiana, condenada a muerte por los radicales
islámicos. En ese hipotético contacto
personal, el periodista venezolano le preguntaría
al presidente norteamericano, verbigracia, por
qué ordenó el envío de tropas
a Irak a pesar de la firme oposición de
la mayoría de las naciones agrupadas en
la ONU, y por qué las mantiene allí
no obstante que su único y debilitado aliado
es Tony Blair. Le preguntaría por qué
apeló a los sentimientos más conservadores,
tradicionales y reaccionarios del pueblo norteamericano
para ganar las últimas elecciones; o por
qué no termina de levantar el bloqueo a
Cuba, ahora que no necesita el voto de los cubanos
de Florida. Estoy seguro de que a ese "diablo"
le sacaría más de una cruz y lo
rozearía más de una vez con agua
bendita. Le haría lo que fue incapaz de
hacer frente al representante del gobierno cubano.
La ceguera del Presidente de VTV ante la dictadura
de la isla caribeña forma parte de la entrega
global de este Gobierno al régimen dominado
por Fidel Castro, y de ese afán insensato
de colocar a Cuba como modelo del camino que debe
recorrer Venezuela. Los últimos pasos dados
por Chávez se parecen mucho a los de Fidel
a comienzos de los años 60, cuando se hizo
del control absoluto del Poder Judicial, del Parlamento
y de todas las provincias, sometió a los
medios de comunicación, designó
al Fiscal y al Contralor, y exterminó a
los grupos que se opusieron a que implantara una
dictadura totalitaria. Son tiempos nuevos y diferentes,
pero las pretensiones de su delfín son
las mismas: copar todos los espacios para garantizarse
el poder absoluto. ¿Podremos evitar que
reviva Fidel en Venezuela? Les respondo el próximo
año. Feliz Navidad.
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