La 'licencia extrapenal'
y Castro el desleal
Ernesto F. Betancourt, El
Nuevo Herald, 10 de diciembre de 2004.
Las liberaciones con cuentagotas de disidentes
arrestados en el 2003, bajo esa mamarrachada legal
que se denomina ''libertad extrapenal'', han llevado
a muchos a creer que Fidel está aflojando
la represión en aras de complacer al pobre
diablo de Rodríguez Zapatero.
Para entender lo que está haciendo Fidel
debemos ponerlo en el contexto del personaje,
cuya conducta manipuladora se revela reiteradamente
en la biografía del periodista francés
Serge Raffy, publicada recientemente, con el muy
apropiado título de Castro el desleal.
El desleal sabe que su régimen ha fracasado.
El error estratégico que cometió
cuando jugó la carta soviética es
irreversible y de dimensiones catastróficas.
A quince años del desplome del bloque soviético,
Cuba a duras penas ha logrado desarrollar una
industria turística que sólo será
factible como fuente de ingresos adecuados a las
necesidades nacionales si se logra acceso al mercado
turístico estadounidense. La reciente victoria
de Bush en las elecciones americanas hace dudoso
dicho acceso. Además, las recientes regulaciones
de los depósitos en efectivo en bancos
internacionales han bloqueado, al menos por el
momento, los cientos de millones de dólares
en ingresos derivados del lavado de dinero, creando
una seria crisis de liquidez a corto plazo. Esa
es la verdadera razón de el desleal para
la desdolarización.
El azúcar ha dejado de ser una fuente
adecuada de divisas en los montos necesarios para
pagar las importaciones requeridas por Cuba. Cuando
el desleal llegó al poder, Cuba exportaba
una tonelada de azucar por habitante. Bajo su
desastroso liderazgo, esa exportación ha
caído a un sexto de tonelada de azúcar
por habitante. La decisión irresponsable
de usar petróleo cubano, con un contenido
de 10 por ciento de azufre, para generar electricidad,
ha dado lugar al colapso eléctrico. Todos
sabemos que esa fue una de sus ideas brillantes,
como lo fué la desecación de la
Ciénaga de Zapata, el cordón de
La Habana y el plan ganadero con la vaca Ubre
Blanca de heroína nacional. Pero, el desleal
''tronó'' al pariente Marcos Portal por
esa decisión.
La visita de Hu Jintao, el presidente de China,
surgió como otra gran esperanza. La euforia
característica de la hipomanía se
apoderó del círculo de los lacayos
de turno. Que si el petróleo, que si el
níquel, que si el turismo chino. Pero Jintao
sólo dejó una propina. El desleal
decidió componer la batea con la Comunidad
Europea. España, con el afán de
Zapatero de ofender a los americanos, quería
retirar las invitaciones a los disidentes a las
fiestas nacionales. Sólo pedía un
gestico, por miserable que fuera.
Pero el pueblo está harto y hacer concesiones
cuando la gente está volviendo al ánimo
de 1994 pudiera írseles de las manos. Mira
a la Martha Beatriz Roque convocando un Congreso
para hablar de la transición. El desleal
decidió hacer aparecer hacia el exterior
que sí se hacen concesiones, pero sin alentar
a la disidencia a demandar más. La ''licencia
extrapenal'' es el instrumento ideal. Es una espada
de Dámocles sobre los disidentes. Además,
cero cobertura en los medios radiales y periodísticos
nacionales: hay que evitar que el pueblo perciba
que el régimen se ha visto forzado a hacer
concesiones. Y sobre Ucrania, ni palabra en los
medios cubanos. Ese es un mal ejemplo.
Finalmente, el desleal decidió revivir
el nacionalismo como bandera. Para ello, encargó
a Raulito otra payasada, la movilización
contra la invasión que gesta el malo de
Bush. Esa es la explicación detrás
de las maniobras Bastión 2004. Castro el
Desleal está en acción de nuevo,
pero frenéticamente ante muchos escenarios
adversos.
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