Opinar
en Cuba es peligroso afirma un disidente liberado
No se va de la Isla porque
cree que los cambios se hacen desde adentro. Asegura
que nunca ha sido partidario de las vías
violentas.
Por Juan Esteban Ugarriza, El
Colombiano, Colombia, 5 de diciembre de 2004.
Oscar
Espinosa dice que lo tomó por sorpresa.
En la mañana del lunes, militares lo sacaron
de un hospital de las afueras de La Habana en
que estaba recluido y le dijeron que podría
andar libre, a pesar de estar condenado a 20 años
de prisión.
El economista, periodista y ex diplomático
fue liberado por el gobierno cubano esta semana,
junto al célebre escritor Raúl Rivero
y otros cuatro disidentes que fueron apresados
en marzo del año pasado en una redada masiva,
que recluyó a 75 personas, y que generó
no sólo la condena estadounidense sino
que enfrió las relaciones de la isla con
Europa.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Espinosa
Chepe afirmó que nunca ha sido partidario
de la violencia para obligar a cambios políticos
en Cuba.
¿Qué ha hecho en estos primeros
días de libertad?
"Me la he pasado recibiendo amigos. Visité
también a mi madre, que está muy
viejita, ya tiene 96 años".
¿Cómo ocurrió su liberación?
"Yo fui sometido a un proceso que en
Cuba se llama 'licencia extrapenal'. Por problemas
de salud el gobierno me puso en libertad, pero
me plantearon que en caso de que vuelva a dar
opiniones, corro el riesgo de regresar a prisión.
Creo que esa es la libertad que le han dado a
las 13 personas que han venido liberando desde
julio".
¿Por qué cree que lo liberaron?
"Hay una campaña muy fuerte en
el país, en el mundo entero, a favor de
la democratización de la sociedad cubana,
y el caso nuestro, el Grupo de los 75, es muy
sonado; personas de distinta procedencia política
se manifestaron en todas partes a favor de nuestra
liberación, porque todos nosotros somos
personas pacíficas. En ningún momento
se nos encontró armas, ni pertrechos. Ninguno
ha hablado de alzamiento, ni de actividades violentas.
Hemos perseguido y perseguimos cambios democráticos
en Cuba, pero sobre la vía pacífica".
¿En qué se beneficia el gobierno
cubano con las liberaciones?
"En terminar con una situación
que no le puede beneficiar en nada, sino que lo
caracteriza como un gobierno represivo. Al tomar
este tipo de medidas, va hacia un camino correcto,
con más racionalidad. Es la única
explicación que podría darle".
Cuando lo condenaron a 20 años de cárcel,
¿creyó usted que pagaría
todo ese tiempo?
"Estoy convencido que en 20 años
no se va a mantener el sistema que tenemos. La
situación económica, social y política
está en completa crisis. Además
es una cosa absurda. Si usted suma los años
que nos pusieron a los 75 encausados, son 1.500
años. Es desproporcionado y sin sentido
para personas pacíficas, porque a nadie
se le encontró un arma o algo. Lo único
que encontraron fue papel, tinta y pluma".
Usted fue condenado por violar la ley 88.
¿En qué consiste?
"Es una ley que prohibe colaborar con
E.U. en el embargo. Pero yo nunca he apoyado la
ley Helms-Burton. Siempre me he manifestado en
contra. Me he manifestado a favor del entendimiento
entre ambos gobiernos, pero en ningún momento
he defendido la injerencia extranjera".
¿Cómo fueron las condiciones
de su reclusión?
"Al principio fueron muy duras, porque
fui enviado a una cárcel muy distante de
La Habana, en Guantánamo, en el extremo
oriental del país, lo que significó
una situación muy difícil para mi
familia, en un país donde el transporte
está en unas condiciones muy malas. Después,
en un hospital cerca de La Habana, durante un
año estuve incomunicado en una celda. Aunque
la alimentación no era tan mala, estaba
bloqueado psicológicamente".
¿Va a continuar con sus actividades
políticas?
"Creo que tengo derecho como ciudadano
a dar mis criterios, mis opiniones, pero eso en
Cuba es bastante peligroso. Por lo tanto tendré
que meditar".
¿Por qué, a diferencia de otros
disidentes, no se va de Cuba?
"No se pueden hacer los cambios desde
fuera de Cuba. Los cambios tienen que ser hechos
desde dentro, y mi intención siempre fue
esa. Nunca me manifesté como enemigo del
gobierno, sino más bien una persona que
dio criterios que en muchas ocasiones no coincidían
con la línea del gobierno. Por otra parte,
en ningún momento he sido agente de ningún
gobierno extranjero, cosa que las autoridades
saben".
¿Qué tan unida es la disidencia
política en Cuba?
"Hay distintas tendencias, pero está
unida en una idea, que es generar cambios pacíficos.
No existe en Cuba un movimiento que abogue por
la violencia o la lucha fratricida".
¿Qué capacidad de movilizar
a a la gente tiene la disidencia?
"Yo diría que mucha más
de la que tenían antes los grupos disidentes
en Europa del Este. Hay personas que llevan años
batallando por cambios, pero podrían surgir
figuras dentro de la transición cubana
que hoy son desconocidos".
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Miradas distintas a la actitud de Castro
La liberación de algunos disidentes provocó
sorpresa en la oposición interna cubana:
para algunos se trata de una "flexibilización",
para otros de una "trampa" en respuesta
a las presiones de Europa, según cita la
agencia AP. Para el activista de derechos humanos
Elizardo Sánchez, las autoridades liberan
a los enfermos porque no pueden darse el lujo
de tener muertos entre los detenidos. De paso,
ofrecen "una señal falsa" de
apertura al exterior. Pero para el historiador
Cuesta Morua, el gobierno busca demostrar que
por la vía del diálogo es posible
obtener mejores resultados con Cuba que con presiones.
Opina, además, que "ha habido una
inflación mediática en el exterior
de la oposición en Cuba". Manuel Vázquez
Portal, disidente liberado en julio, reflexionó
que "el peligro es que una vez liberados
los reos más ilustres, los menos conocidos
caigan en la oscuridad".
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