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Cuba:
positiva rectificación
Editorial / El
Tiempo, Colombia, Diciembre 1 de 2004.
Las cancillerías europeas acaban de demostrar
que la diplomacia puede ser más eficaz
que la fuerza -los bloqueos económicos,
por ejemplo- para frenar los excesos de los gobiernos
autoritarios.
Esta es la lección inmediata que se desprende
de la liberación, en los últimos
cuatro días, de Raúl Rivero y otros
12 de los 75 disidentes cubanos encarcelados el
año pasado por el régimen de La
Habana "por conspirar contra la revolución",
entre ellos los 29 periodistas e intelectuales
condenados como "mercenarios" a penas
de 6 a 28 años de prisión.
La redada de periodistas e intelectuales iniciada
en abril del 2003 despertó una amplia protesta
internacional, inclusive entre gobiernos y personalidades
simpatizantes de la revolución cubana,
tal como lo recordamos aquí hace pocos
días. Pero no fueron simplemente los reclamos,
sino las medidas de represalia diplomática
adoptadas contra Cuba las que produjeron finalmente
la rectificación del gobierno de Fidel
Castro. Especialmente efectiva fue la decisión
adoptada por la Unión Europea de congelar
las relaciones con la isla, acción refrendada
hace apenas una semana por el Parlamento Europeo
mientras no fueran liberados los disidentes y
se produjeran otros avances en materia de democratización.
Y en forma paralela, la oportuna gestión
que realizó el gobierno de España,
desde cuando asumió su cargo el presidente
José Luis Rodríguez Zapatero, para
promover un reacercamiento con La Habana sobre
la base de obtener la liberación de los
prisioneros.
Las condenas impuestas a los miembros de la frágil
disidencia interna cubana eran tan injustas y
desproporcionadas que en algunos casos equivalían
a cadenas perpetuas, dada la edad de los prisioneros:
tal era el caso, por ejemplo, del dirigente opositor
Héctor Palacios, de 62 años, condenado
a 25 de cárcel, y del propio Rivero, de
57 años, que estaba sentenciado a 20. Su
feliz liberación alivia las tensas relaciones
de Cuba con Europa y cabe esperar que sea un primer
paso hacia la progresiva democratización
política de ese país.
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