SOCIEDAD
Violar las leyes
del mercado
Ariel Delgado Covarrubias
LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - En todos
los manuales de economía, incluidos los
del desaparecido "campo socialista",
se advierte sobre el peligro que se corre si se
violan las leyes económicas. Desde el surgimiento
del mercado en su concepción moderna, la
violación de sus leyes ha sido causa de
muchísimas quiebras y fracasos.
La economía, como la meteorología,
es una ciencia de pronóstico. Sus especialistas
advierten y recomiendan sobre las posibles situaciones
a enfrentar en cada caso, y para cada resultado
siempre hay economistas acertados y economistas
errados. Pero todos coinciden en que las leyes
hay que respetarlas, so pena de pagar las irremediables
consecuencias.
Pero en cuarenta y cinco años el actual
gobierno comunista no ha aprendido esa lección.
Se mantiene fiel a su principio de subordinar
la ciencia económica a sus pretensiones
políticas e ideológicas. Ello ha
conllevado a notables y estrepitosos fracasos,
como los del Cordón de La Habana, la Zafra
de los Diez Millones y el Plan Alimentario, para
sólo nombrar algunos de los más
sonados en el sector agropecuario y azucarero.
En temas menos ambiciosos los fracasos son aún
más sentidos. Un ejemplo actual es el de
la distribución de los huevos para la venta
a la población, alimento rico en proteínas
y de relativa fácil adquisición,
que se ha convertido en un salvavidas en la mesa
del cubano que ha visto desterrados la carne de
res y el pescado de su dieta y tradición
alimentaria, muy a su pesar.
El pasado año la distribución de
los "huevos liberados" (aquéllos
que no se distribuyen por la Libreta de Racionamiento)
experimentó un notable ascenso para alegría
de los coterráneos menos solventes económicamente.
Especial repercusión tuvo el hecho de que
se vinculaba a la compra de esos productos a firmas
norteamericanas que desde el 2001 venden sus productos
directamente a Cuba. Al margen de su benefactor
efecto social, esa compra venta por el Estado
le reportaba buenos beneficios financieros, como
lo demostró este autor en artículo
publicado en este mismo medio. ("Los Huevos,
Necesidad y Negocio", aparecido en las páginas
de CUBANET el 21 de agosto del 2003)
Pero como dice el refrán "la felicidad
en casa del pobre dura poco", y no pasó
mucho tiempo antes de que el preciado alimento
volviera a catalogar como "desaparecido",
reportado también en estas páginas
como información el 20 de noviembre de
ese año. ("No Hay huevos de nuevo
en La Habana") Y hasta el presente la situación,
lejos de mejorar, ha empeorado.
No obstante, las autoridades informan que su
producción ha alcanzado ligeros incrementos,
pese a la amenaza de la fiebre aviar, que gracias
a Dios no ha llegado hasta nuestras costas. De
creer esas declaraciones (algo difícil
de aceptar y más si se ven los resultados)
entonces la explicación hay que buscarla
en la política de comercialización.
Los primeros "huevos liberados" llegaron
al mercado a un precio de 1.20 en moneda nacional
la unidad. Desde antes se podían adquirir
en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) al
precio de 10 centavos de dólar y en el
mercado negro a 2.50 pesos MN.
Esos "huevos liberados" duraron lo
que un merengue en la puerta de un colegio. En
2003 las posturas de aves americanas salieron
con un precio de dos pesos MN la unidad, y en
las TRD el precio se elevó hasta 12 centavos
de dólar.
Si en noviembre "la fiebre de los huevos"
ya había pasado y comenzaban a escasear,
para el mes de diciembre el Estado lanzó
el precio de 1.50 pesos MN la unidad, como parte
de una rebaja general de precios de los productos
agropecuarios.
Y ahí llegó la hecatombe. En la
actualidad no se ven los "huevos liberados"
por ninguna parte, cuando los sacan las colas
son tremendas aunque vendan sólo un cartón
de 30 huevos por persona. Y el precio en el mercado
negro se ha elevado a tres pesos MN la unidad,
casi el equivalente al precio actual de las TRD.
La época de la "espontaneidad económica"
dicen los personeros del régimen que quedó
atrás hace muchos años. ¿Pero
cómo calificar esto? ¿Dónde
están los economistas capaces (que los
tenemos) para advertir de los efectos adversos
de una política que sólo se puede
calificar como populista en una ciencia tan seria
como la economía?
El caso de los huevos es una seria advertencia
a lo que podría suceder si se continúa
seriamente (eso está por ver) en la política
de bajar los precios de los productos agropecuarios
sin que un incremento de la producción
lo justifique. Está en juego la comida
diaria del cubano, que hace malabares aún
a costa de su propia seguridad para garantizar
una magra ración en los platos de su familia.
Los errores en este campo son graves.
Es necesario que las autoridades acaben de meterse
en la cabeza que las violaciones de las Leyes
del Mercado se pagan caro, muy caro.
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