PRENSA INDEPENDIENTE
Abril 2, 2004

SOCIEDAD
Violar las leyes del mercado

Ariel Delgado Covarrubias

LA HABANA, abril (www.cubanet.org) - En todos los manuales de economía, incluidos los del desaparecido "campo socialista", se advierte sobre el peligro que se corre si se violan las leyes económicas. Desde el surgimiento del mercado en su concepción moderna, la violación de sus leyes ha sido causa de muchísimas quiebras y fracasos.

La economía, como la meteorología, es una ciencia de pronóstico. Sus especialistas advierten y recomiendan sobre las posibles situaciones a enfrentar en cada caso, y para cada resultado siempre hay economistas acertados y economistas errados. Pero todos coinciden en que las leyes hay que respetarlas, so pena de pagar las irremediables consecuencias.

Pero en cuarenta y cinco años el actual gobierno comunista no ha aprendido esa lección. Se mantiene fiel a su principio de subordinar la ciencia económica a sus pretensiones políticas e ideológicas. Ello ha conllevado a notables y estrepitosos fracasos, como los del Cordón de La Habana, la Zafra de los Diez Millones y el Plan Alimentario, para sólo nombrar algunos de los más sonados en el sector agropecuario y azucarero.

En temas menos ambiciosos los fracasos son aún más sentidos. Un ejemplo actual es el de la distribución de los huevos para la venta a la población, alimento rico en proteínas y de relativa fácil adquisición, que se ha convertido en un salvavidas en la mesa del cubano que ha visto desterrados la carne de res y el pescado de su dieta y tradición alimentaria, muy a su pesar.

El pasado año la distribución de los "huevos liberados" (aquéllos que no se distribuyen por la Libreta de Racionamiento) experimentó un notable ascenso para alegría de los coterráneos menos solventes económicamente. Especial repercusión tuvo el hecho de que se vinculaba a la compra de esos productos a firmas norteamericanas que desde el 2001 venden sus productos directamente a Cuba. Al margen de su benefactor efecto social, esa compra venta por el Estado le reportaba buenos beneficios financieros, como lo demostró este autor en artículo publicado en este mismo medio. ("Los Huevos, Necesidad y Negocio", aparecido en las páginas de CUBANET el 21 de agosto del 2003)

Pero como dice el refrán "la felicidad en casa del pobre dura poco", y no pasó mucho tiempo antes de que el preciado alimento volviera a catalogar como "desaparecido", reportado también en estas páginas como información el 20 de noviembre de ese año. ("No Hay huevos de nuevo en La Habana") Y hasta el presente la situación, lejos de mejorar, ha empeorado.

No obstante, las autoridades informan que su producción ha alcanzado ligeros incrementos, pese a la amenaza de la fiebre aviar, que gracias a Dios no ha llegado hasta nuestras costas. De creer esas declaraciones (algo difícil de aceptar y más si se ven los resultados) entonces la explicación hay que buscarla en la política de comercialización.

Los primeros "huevos liberados" llegaron al mercado a un precio de 1.20 en moneda nacional la unidad. Desde antes se podían adquirir en las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) al precio de 10 centavos de dólar y en el mercado negro a 2.50 pesos MN.

Esos "huevos liberados" duraron lo que un merengue en la puerta de un colegio. En 2003 las posturas de aves americanas salieron con un precio de dos pesos MN la unidad, y en las TRD el precio se elevó hasta 12 centavos de dólar.

Si en noviembre "la fiebre de los huevos" ya había pasado y comenzaban a escasear, para el mes de diciembre el Estado lanzó el precio de 1.50 pesos MN la unidad, como parte de una rebaja general de precios de los productos agropecuarios.

Y ahí llegó la hecatombe. En la actualidad no se ven los "huevos liberados" por ninguna parte, cuando los sacan las colas son tremendas aunque vendan sólo un cartón de 30 huevos por persona. Y el precio en el mercado negro se ha elevado a tres pesos MN la unidad, casi el equivalente al precio actual de las TRD.

La época de la "espontaneidad económica" dicen los personeros del régimen que quedó atrás hace muchos años. ¿Pero cómo calificar esto? ¿Dónde están los economistas capaces (que los tenemos) para advertir de los efectos adversos de una política que sólo se puede calificar como populista en una ciencia tan seria como la economía?

El caso de los huevos es una seria advertencia a lo que podría suceder si se continúa seriamente (eso está por ver) en la política de bajar los precios de los productos agropecuarios sin que un incremento de la producción lo justifique. Está en juego la comida diaria del cubano, que hace malabares aún a costa de su propia seguridad para garantizar una magra ración en los platos de su familia. Los errores en este campo son graves.

Es necesario que las autoridades acaben de meterse en la cabeza que las violaciones de las Leyes del Mercado se pagan caro, muy caro.



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