Dictadura comunista para
Venezuela
Fernando Londoño Hoyos.
Diario
El País, Colombia, agosto 17 de 2004.
Grandeza y dignidad faltaron a los observadores
internacionales que se hicieron presentes en Caracas,
cuando el dictadorzuelo caribeño les comunicó
que eran bienvenidos con la condición única
de que no observaran nada. En lugar de re-gresarse
por donde habían venido y dejar libre el
campo para el preparado fraude, permanecieron
entre un hotel en Caracas mientras en los puestos
electorales y en el Consejo Nacional Electoral
se consumaba el sainete. El solo espectáculo
de las gigantescas filas de ciudadanos que tardaban
10 ó 12 horas para depositar el voto y
la prórroga de la jornada hasta la medianoche,
eran motivo suficiente de alarma para el más
incauto y desprevenido de los cárteres
que andan por este mundo. Y siguió lo inevitable:
los tres miembros chavistas del Consejo Nacional
Electoral, sin confrontar registros y sin explicarle
a nadie de dónde salieron las cifras, las
compusieron a su talante. La mesa está
servida. En Venezuela tenemos instalada una dictadura
como la de Cuba, como la de Corea del Norte, como
todas las que se cayeron con el Muro de Berlín,
o como la que dominó en la Unión
Soviética hasta la Perestroika.
El poderoso primer mundo no dirá esta
boca es mía. Mientras Venezuela despache
puntualmente los dos millones 600 mil barriles
de su producción diaria de petróleo,
nadie discutirá la legitimidad de su mandato.
Inclusive, sin descartar la posibilidad de que
a muchos parezca Chávez un repugnante dictador
de opereta, seguirá un buen aliado comercial,
dirán todos en coro.
De esta manera ha quedado consumado el golpe
de estado en Venezuela, y lo que viene será
la represión sin limitaciones. La prensa
y los canales de televisión cerrarán
sus puertas, porque pertenecen a la oligarquía
que es preciso suprimir para bien de las legiones
bolivarianas. Censurada la prensa quedará
todo listo para el reino del Partido Único
y su mano de hierro golpeará las empobrecidas
empresas privadas que todavía sobreviven.
Los maestros serán cubanos, mientras se
prepararan los que recibirán adoctrinamiento
en la isla y los que tendrán cátedra
marxista ofrecida por los ideólogos que
Fidel tiene preparados para auxiliar a su compañero
y socio. Y así, dueño del escenario,
Chávez podrá dedicar sus esfuerzos
a exportar su revolución, con la incondicional
ayuda de gobiernos y partidos simpatizantes de
América Latina. No era coincidencia, cómo
iba a serlo, que Antonio Navarro y Petro y Serpa
y Piedad Córdoba, tuvieran palco de honor
en Caracas. Las lecciones se aprenden sobre el
terreno y ese laboratorio no podía desaprovecharse.
El primer paso hacia la dictadura comunista en
Colombia, ya está dado. La Corte Constitucional
está en manos de quienes simpatizan con
un 'nuevo derecho' que hace impotente al Congreso
y simple comedia la democracia sustantiva. Pero
la Corte Constitucional no está sola. Los
precursores del Golpe de Estado son dueños
del Consejo Nacional Electoral, con cuya alianza
ya la extrema izquierda derrotó el referendo
que por mayoría aprobó el pueblo
en las urnas. Lo que sigue será tan sencillo
como unir esos elementos en una campaña
electoral que terminará de cualquier manera,
que con un poco de astucia las minorías
se vuelven la voz mayoritaria del pueblo. Un procurador
que inhabilite los candidatos que le hagan sombra
a los suyos; una Corte que tumbe las reformas
constitucionales que aprueben la reelección
y un Congreso en el que por arte de magia desaparecen
las mayorías del Gobierno, serán
suficientes para convertirnos en súbditos
de Castro y de Chávez. Nos queda el triste
consuelo de decirlo a tiempo.
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