Petróleo: la gran crisis
cubana
Manuel Cereijo, El
Nuevo Herald, 9 de agosto de 2004.
El petróleo es, posiblemente, el factor
más crítico en el marco de la crisis
socioeconómica que afecta a Cuba. Porque
al margen de sus bellezas naturales, de la riqueza
de su suelo, de lo benigno y agradable de su clima,
de la iniciativa y creatividad de sus habitantes,
la Providencia no dotó a Cuba de sus propias
fuentes de energía.
En el pasado, Cuba dependía de sus importaciones
de petróleo; en la actualidad, Cuba depende
de sus importaciones de petróleo, y en
el futuro Cuba dependerá de sus importaciones
de petróleo. Este es, quizás, el
talón de Aquiles de Castro, y él
lo sabe. Si analizamos la posición de Castro
en los últimos 45 años, vemos que
su política externa se relaciona o está
influida siempre por el petróleo.
Al principio de su gobierno, trató de
subvertir y controlar Venezuela. Después,
intervino militarmente en Angola, también
gran productor de petróleo. Siempre ha
tratado de mantener relaciones amistosas con México,
y así lo ha hecho, incluso cuando la Guerra
del Golfo, con Irak, siendo el de Yemen y el de
Cuba los dos votos del Consejo de Seguridad a
favor de Irak. Desde los años 90 canjeó
inteligencia militar con Irak por petróleo.
Ha estado canjeando petróleo de Irán
por tecnología biotecnológica e
inteligencia militar sobre los Estados Unidos.
Inteligencia militar obtenida desde la base cubana
de Bejucal y de espías cubanos que operan
en los Estados Unidos.
Desde los años 60 hasta finales de los
80, la Unión Soviética fue el principal
suministrador de petróleo de Cuba. Esto
ha cambiado desde que el bloque soviético
se disolvió. El petróleo soviético
era 90% producido por Rusia. No sólo la
producción rusa ha disminuido en los últimos
cinco años, sino que Rusia está
necesitada de divisas y no está en disposición
de canjes o de subsidios como antes. No creo que
Castro, en la actualidad, pueda conseguir petróleo
a base de canjes, dadas las relaciones comerciales
actuales en el mundo, excepto con Irán
y Venezuela, pero en ambos casos la situación
es muy inestable. O sea, la crisis petrolera de
Cuba es grande y grave. Tiene el país semiparalizado.
Castro tiene que conseguir petróleo en
el mercado mundial y para ello necesita divisas
que no tiene, y si las obtuviese, tendría
que dejar de utilizarlas en otras actividades
comerciales y mercantiles.
En 1989, Cuba consumió 13 millones de
toneladas de petróleo, de las cuales unos
7 millones se utilizaron en la generación
de corriente eléctrica. En el 2001, el
consumo fue de 5.5 millones de toneladas. El petróleo
doméstico, que a finales de los 80 y principios
de los 90 era una posibilidad prometedora, se
ha mantenido en unos 1.2 millones de toneladas
al año, sin esperanza alguna de que esto
aumente significativamente. Además, la
calidad del petróleo cubano, con un contenido
de azufre de alrededor de un 10%, es muy pobre,
muy costoso para refinar y lo hace no apto para
ciertas aplicaciones como las plantas termoeléctricas
de generación de potencia eléctrica.
La búsqueda de petróleo en Cuba
se remonta al siglo XIX. Un informe de 1950 del
Banco Mundial concluyó que quizás
Cuba tuviera posibilidades de explotación
petrolífera. Desde 1990, Castro ha intensificado
la exploración de petróleo cubano,
teniendo diferentes contratos con firmas extranjeras.
Las primeras fueron Total Oil y Compagnie Européene
de Pétrole, francesas. Después han
existido contratos de exploración con varias
firmas internacionales.
Cuba afirma que tiene una reserva de alrededor
de 1.5 mil millones de barriles, especialmente
en el área de Varadero. Sin embargo, desde
1993 más de 1,800 pozos han sido perforados
sin poder alcanzar éxito en estas operaciones.
En 1993, Cuba sostuvo su primera ronda para dar
licencias a firmas petroleras de exploración.
Esto atrajo a más de 70 firmas, del Canadá,
Europa y América Latina. Los riesgos políticos
y los reclamos de pagos contra el gobierno cubano
hicieron fracasar esta licitación.
En resumen, el petróleo es vital para
el desarrollo socioeconómico de Cuba y
representa una verdadera crisis en estos momentos.
El país está afectado seriamente
en todos los sectores económicos importantes
debido a esta escasez. Los aproximadamente 63,000
barriles diarios que Venezuela envía a
Cuba a un costo ínfimo representan un 52%
del petróleo consumido por Cuba al año.
De ahí la seriedad e importancia que tiene
si se continúa o no este envío.
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