Entrevista al senador Daniel
Kroupa (I parte)
Por Carlos González-Shánel.
Radio
Praga, 7 de agosto de 2004.
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Con este nuevo espacio, "Del Totalitarismo
a la Democracia", Radio Praga trata de ofrecer
un vistazo sobre lo que ha representado el proceso
de transición en la República Checa.
Este espacio está dedicado a todas las
personas interesadas en conocer detalles sobre
la transformación checa desde la dictadura
comunista hasta la democracia, por lo que creemos
que encontraremos muchos radioescuchas en Cuba,
donde importantes sectores de la población
se preparan también para un proceso de
cambio pacífico en la Isla.
Daniel Kroupa¿Cómo recuerda
los años bajo la dictadura comunista y
de qué manera compararía esa época
con la actual?
"Estoy inmensamente feliz de que esa era
quedó atrás, que vivo en una sociedad
libre y que no debo temer a encontrarme con mis
amigos y posteriormente ir a parar a la cárcel.
Por otro lado, recuerdo aquella época con
un poco de nostalgia: bajo el régimen totalitario
vivíamos dentro de una comunidad mucho
más hermética que la de hoy, nos
encontrábamos con frecuencia con personas
a las cuales siempre he respetado, teníamos
más tiempo para nosotros y para dedicarnos
a los estudios".
Desde su punto de vista, ¿Se puede
hablar de que el proceso de transformación
en la República Checa tuvo éxito?
"Durante el período de la Revolución
de Terciopelo teníamos la osadía
de pensar que rápidamente prepararíamos
el terreno para el retorno de la libertad. A ninguno
de nosotros se nos pasó por la mente que
efectuaríamos tan rápido los cambios
que nuestra república necesitaba. Y por
eso no nos preparamos. Si tuviera que hacer un
juicio (sobre este proceso) diría que conseguimos
realizar 10 veces más de lo que nos proponíamos.
Quiero decir que se trató de un éxito
gigantesco. Aunque, por supuesto, para estar satisfechos
con las condiciones en nuestro país - especialmente
en la escena política - falta mucho. Pero
así sucede siempre, son problemas propios
de una sociedad democrática. Yo pienso
que en general tuvimos éxito".
Se habla mucho del aporte que países
como la República Checa pueden entregar
a grupos opositores o demócratas de países
que se encuentran bajo regímenes totalitarios,
como es el caso de Cuba, entre otros. Al mismo
tiempo se debate el papel que desempeñará
el Gobierno checo en estos países el día
que se restablezca la democracia. Pero, ¿de
qué aporte estamos hablando?
A nivel político nuestro país
puede manifestar claramente su desacuerdo con
el modelo que utiliza un gobierno dictatorial
y por supuesto esa posición debería
reflejarse en todos los términos que se
desprenden de ello: económico, político,
etc. Pero aún más importante es
el comportamiento de los ciudadanos. Deben hacer
lo más posible por tachar el comportamiento
de un régimen totalitario, apoyar a la
sociedad civil, etc., Deberían manifestarle
a la gente de a pie, a los demócratas,
disidentes, que están con ellos y están
dispuestos para ayudar".
¿Qué deberían evitar
hacer los cubanos el día que sea restablecida
la democracia, para no repetir los errores que
cometieron algunos países de Europa Central
y del Este?
"En primer lugar los cubanos no deben hacerse
ilusiones de que el cambio político construirá
el paraíso terrenal. Lo que les espera
a los cubanos es una transición de un modo
anormal de vida a un modo de vida democrático,
que conlleva problemas, preocupaciones, crisis,
conflictos, un tipo de sociedad a la cual no están
acostumbrados. Por lo tanto, no deberían
hacerse ilusiones sobre lo que les espera".
¿De qué manera deberían
prepararse hoy en día los miembros de la
oposición democrática en Cuba?
1989"Según mi opinión y mis
experiencias personales, deberían aprovechar
el tiempo antes de que llegue el cambio. Nosotros
ese tiempo no logramos aprovecharlo de la mejor
manera. Eso quiere decir, entre otros, determinar
ya quién ocupará los cargos políticos
en el nuevo gobierno democrático. Los disidentes
checos que asumieron el poder eran un puñado,
y finalmente en muchas esferas debieron confiar
en algunos de los anteriores dirigentes comunistas.
Muchos ya tenían ocupados ministerios o
cargos importantes y se creían irremplazables.
Y ello ocasionó mucha decepción
y amargura. Por eso pienso que los disidentes
cubanos deberían diseñar una suerte
de base de datos - aunque no sea en el papel y
deba quedar en sus mentes - de personas con las
cuales van a conducir el proceso de transformación.
De sus palabras se desprende que habrá
muchas frustraciones.
"Deberían estar preparados para la
gran decepción de sus vidas. Tras la llegada
de la libertad se darán cuenta quienes
realmente colaboraban con la policía secreta
y quienes no. Lo mismo nos ocurrió a nosotros.
Muchos de nuestros amigos y conocidos habían
sido reclutados por la inteligencia y convencidos
de que nos debían espiar y perjudicar.
Ese será otro de los grandes golpes que
recibirán muchos disidentes cubanos tras
los cambios. Con frecuencia los agentes no son
aquellos que creemos que son, a veces resultan
ser tus mejores amigos y tus más cercanos
colaboradores".
Este es un tema muy sensible precisamente entre
la oposición cubana, que se plantea la
interrogante de si estas personas deben ser integradas
o excluidas de la sociedad. ¿Cómo
lo ve Ud.?
"Yo opino que, tras los cambios, ningún
agente debería ser integrado a las actividades
por la renovación del país. Ello
no quiere decir que estas personas deban ser castigadas
de una manera masiva. No. Se trata más
bien de eliminarlos en la mayor medida posible
de la nueva realidad, alejarlos de aquellas personas
que trabajan por el bienestar del régimen
democrático, los cuales experimentarán
frustración si miembros de las viejas estructuras
asumen cargos de importancia. Hasta el día
de hoy existe un enorme grupo de personas en la
República Checa que afirman que la Revolución
de Terciopelo no existió y que más
bien viejos comunistas fueron reemplazados por
nuevos camaradas. Y son capaces de encontrar miles
de pruebas de ello, pienso que es una lástima".
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