España propone a la UE reducir
las sanciones a Cuba si Castro suaviza la presión
a la disidencia
Luis Ayllón / Madrid. ABC,
España, 2 de agosto de 2004.
El Gobierno español ha propuesto a sus
socios de la Unión Europea una reflexión
sobre la conveniencia de mantener las sanciones
adoptadas por los Quince después de que,
hace más de un año, el régimen
de Fidel Castro ejecutara a tres secuestradores
de un barco que querían huir a Estados
Unidos y encarcelara, con penas de hasta 28 años
de prisión, a 75 disidentes condenados
en procesos sin garantía, según
supo ABC de fuentes gubernamentales.
De forma velada, la iniciativa española
se refleja en las manifestaciones hechas por el
ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel
Moratinos, en su reciente viaje a Colombia, desde
donde expresó la satisfacción del
Ejecutivo por la puesta en libertad de la disidente
anticastrista Marta Beatriz Roque. El ministro
dijo textualmente que "España está
en contacto con las autoridades cubanas y con
sus socios de la UE para examinar el estado actual
de las relaciones y su posible evolución".
Buscar nuevas vías
Las autoridades españolas, según
las fuentes consultadas, entienden que la posición
común europea adoptada en 1996, con cierto
protagonismo del anterior Gobierno de nuestro
país, condicionando las relaciones con
Cuba a que se produjeran reformas democratizadoras
en la isla, sigue siendo válida. Pero también
consideran que hay que buscar vías que
permitan mantener un diálogo con el régimen
castrista y, a la vez, mejorar la situación
de la disidencia interna. En ese sentido, se piensa
en Madrid que algunas de las sanciones impuestas
no favorecen los avances en esa dirección.
El Ejecutivo español cree que la medida
de congelar los contactos de las Embajadas europeas
en La Habana con las autoridades del régimen
no ha conducido a nada y puede ser incluso más
perjudicial para los países de la Unión
que para Castro.
Asimismo, piensa que se debería reflexionar
sobre la conveniencia de mantener la política
de invitar a los disidentes a las recepciones
en las embajadas europeas, lo que hace que las
autoridades cubanas no acudan a las mismas. Desde
el Gobierno se considera que esta última
medida, que irrita especialmente a los dirigentes
castristas, no beneficia la situación de
los disidentes que están encarcelados.
La posición española, que puede
encontrar comprensión en unos cuantos países
europeos -como Bélgica- y algo menos de
entusiasmo en otros -como Francia o Alemania-,
choca abiertamente con "grandes" como
Reino Unido e Italia, con otros "pequeños"
como la República Checa y también
con algunos de los recién incorporados,
que opinan que suavizar la aplicación de
las sanciones no sería visto con buenos
ojos por Estados Unidos.
En cualquier caso, el Gobierno español
es consciente de que para que pudiera producirse
algún cambio, Castro debería hacer
algún gesto significativo, especialmente
en cuanto a la situación de algunos de
los encarcelados con más peso entre la
disidencia, como el poeta y periodista Raúl
Rivero.
Un paso en esa dirección ha sido la puesta
en libertad de Marta Beatriz Roque, encarcelada
en torno a 1998 tras firmar el documento "La
Patria es de todos" junto con René
Gómez Manzano, Félix Bone y Vladimiro
Roca, pidiendo aperturas democráticas en
Cuba. Moratinos calificó la liberación
de "paso significativo en el camino hacia
una mejor relación con Cuba" y dijo
que el Gobierno confía en que a esta noticia
sigan otras buenas noticias "que permitan
seguir avanzando".
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Madrid, 2004.
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