OLA
REPRESIVA
Cartas
desde la cárcel
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - La
única manera de conocer las interioridades
de las prisiones cubanas es a través de
las cartas que le escriben los presos a sus familiares.
A la prensa independiente el gobierno no le permite
visitar las cárceles. Para la prensa oficial
es como si no existieran prisiones en Cuba.
Mediante las cartas que nos facilitan las familias
de los prisioneros de conciencia encarcelados
tras la última ola represiva de marzo pasado
podemos observar las condiciones de las celdas,
las características de la alimentación,
el trato que reciben de los carceleros. Las descripciones
detalladas nos permiten entrar a ese mundo impenetrable
para los profesionales de la información
deseosos de conocer lo que ocurre ahí dentro.
Beatriz del Carmen nos ha facilitado las cartas
de su esposo Julio César Gálvez,
periodista independiente condenado a 18 años
en abril pasado. Las reflexiones de Gálvez
sobre lo injusto de su encarcelamiento se las
transmite a su esposa Beatriz, quien también
es periodista independiente. En una de las cartas
dice: "Nunca olvides que nuestra profesión
es la más peligrosa, audaz e interesante
que existe. Siempre estás en peligro sí
realmente eres objetivo, veraz, responsable y
honesto tanto contigo como con quienes te leen,
escuchan o ven". Y compara su labor con la
de la prensa oficial: "Esa es la diferencia
con otras profesiones y con los periodistas oficialistas
cubanos que sólo dan loas sin sentido al
gobierno y al sistema, sin decir ni informar nada
concreto".
Para poder subsistir dentro de la prisión
los prisioneros cubanos, tanto políticos
como comunes, dependen de la alimentación
y aseo que le lleve la familia. Julio César
describe las comidas: "Almuerzos y comidas
se repiten a diario: arroz blanco sin sal y muchas
veces apelotonado, potaje de chícharos
con muchas hierbas pero tratan de darle un sabor
que no se encuentra por ningún lado; y
la proteína compuesta por "Pancho
el Bravo" (así le llaman los presos)
un picadillo, que no se sabe qué productos
lo componen, con una peste y sabor a aura tiñosa
con cinco días de descomposición".
Más adelante se pregunta dónde
están las viandas y la carne. "¿Dónde
están la papa, la calabaza? ¿Se
perdió la mortadela, el perro caliente,
las croquetas, el picadillo de pollo, la carne
de puerco? ¿Por qué no se cumple
la Resolución 500/2, por la cual semanalmente
se tiene que brindar la cena de los reclusos?"
Esta cena consiste en arroz, potaje, un cuarto
de pollo, ensalada, postre, café y un pan
de la dieta normal, 80 gramos, todas las semanas.
Pero las condiciones infrahumanas no han podido
vencer el espíritu de los prisioneros de
conciencia que hoy sobreviven en las numerosas
prisiones de Cuba. El anhelo de hacer llegar lo
que sucede en ese reducido mundo ha llevado a
periodistas a acudir al lápiz y al papel
para reflejar lo que ven allí. El Diario
de Vázquez Portal, los escritos de Julio
César Gálvez, las cartas que los
familiares facilitan a la prensa constituyen la
página de la historia de Cuba que nunca
ha sido reflejada por ningún medio de comunicación
oficial. cnet/118
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