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Piden obispos apertura política
y respeto a derechos humanos en Cuba
La Habana, 9 Sep (Notimex).- Los obispos católicos
de Cuba pidieron hoy una apertura política
interna que respete "los derechos integrales
del hombre", y condenaron el encarcelamiento
de opositores y la aplicación de penas
de muerte tras juicios sumarios.
Los religiosos señalaron en un documento
que la Iglesia no es un ente político y
favorece el diálogo reconciliador, pero
reclamaron su derecho a intervenir "cuando
desde el ejercicio del poder se atente contra
los derechos fundamentales de los seres humanos".
La Iglesia católica reivindicó
su papel independiente en el escenario nacional
y reclamó libertad religiosa, respeto a
los derechos humanos así como un diálogo
constructivo y reconciliador sin exclusiones.
"La Iglesia no tiene intereses políticos
de grupo, porque no está alineada. ni con
el gobierno ni con la oposición",
dijeron y lamentaron que su propuesta de reconciliación
sea mal acogida tanto por el gobierno como por
cubanos radicados en el exterior.
Los obispos dijeron que la misión de la
Iglesia no es de orden político. "Es
importante dejar bien sentado este punto cuando
unos esperan de la Iglesia que sea un partido
de oposición y otros que se deje domesticar
por el régimen político vigente".
"Nos ha impresionado la tristeza manifestada
por el Papa" ante los fusilamientos y duras
condenas a opositores que "de momento, han
cerrado el camino a la libertad de expresión
y de la comprensión entre los cubanos",
indicaron.
El texto, entregado a la prensa como Instrucción
Teológico- Pastoral bajo el título
de "La presencia social de la Iglesia",
fue emitido a cinco años de la visita del
papa Juan Pablo II a Cuba, realizada en enero
de 1998.
Suscrita por los 13 obispos católicos
isleños, la declaración también
se hizo pública en el décimo aniversario
de la carta pastoral "El amor todo lo espera",
y fue entregada a la Nunciatura Apostólica
y al gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC).
Conformado por 71 párrafos, con un lenguaje
más directo y en varios puntos más
crítico que el empleado en "El amor
todo lo espera", la instrucción está
dirigida a los sacerdotes, diáconos, religiosas,
religiosos y fieles laicos de esta isla caribeña.
Una síntesis del documento fue leida y
distribuida a la prensa por el sacerdote José
Félix Pérez-Viera, secretario Adjunto
de la Conferencia de Obispos Católicos,
en su sede en el distrito Miramar de esta capital.
Reiteraron su convicción de que el llamado
de Juan Pablo II de que "Cuba se abra al
mundo con todas sus posibilidades y que el mundo
se abra a Cuba" no es sólo una invitación
a la inserción creciente del país
en el concierto de las naciones.
Es también "un reclamo para que se
dé una apertura que propicie el ejercicio
y respeto de los derechos del hombre, desde el
derecho a la vida, a la salud y a la educación
hasta el derecho a la libertad de expresión
y participación social y política".
Según los prelados, tras la visita de
Juan Pablo II a la isla, ha habido un retorno
al lenguaje y métodos propios de los primeros
años de la Revolución, y citaron
las marchas, "tribunas abiertas" y mesas
redondas oficialistas televisadas.
También inició "un aparente
proceso de revisión" que entorpece
las aspiraciones de pluralismo, tolerancia y apertura,
así como "una franca involución
en la apertura de la economía a la justa
aspiración del pueblo en pequeños
negocios, trabajos privados, etcétera".
En su opinión, preocupa que "todo
lo que en el pensamiento y en las acciones no
coincida con la ideología oficial, se considera
carente de legalidad y es descalificado y combatido
sin tener en cuenta la verdad y la bondad que
puedan poseer".
Los obispos rechazaron los intentos de manipular
grupos de signo distinto en la iglesia para que
desempeñen un rol político ajeno
a la naturaleza y misión de la misma, así
como una mentalidad que concibe la teología
como instrumento de liberación para este
mundo.
Aseveraron que la misión de la Iglesia
"no es competir con el Estado, oponerse al
gobierno o aliarse a él".
Se quejaron de que la Oficina para la Atención
a Asuntos Religiosos del PCC "limita la acción
evangelizadora" en lugar de posibilitar la
revisión y solución de asuntos de
interés común.
Indicaron que el gobierno, desconociendo la naturaleza
y la misión de la Iglesia y considerándola
"una entidad competitiva" ejerce contra
ella una "lucha sutil", pero aclararon
que ello no implicará que se renunciará
a un diálogo constructivo.
Como parte de ese diálogo debe incluirse
la libertad religiosa que no se limita a la libertad
de culto sino que incluye el derecho de los cristianos
a participar en la vida sindical, profesional
y política y proponer a otros su fe y la
ética cristiana, estimaron.
La libertad religiosa implica el reconocimiento
del derecho de la Iglesia a construir templos,
facilitar la entrada de sacerdotes y religiosas
que desean trabajar en Cuba, acceso a los medios
de comunicación y la presencia en el campo
de la educación.
Tras afirmar el compromiso con la reconciliación,
que incluya la actual crisis social, los obispos
anunciaron que se han propuesto "desarrollar
una pastoral de la reconciliación destinada
a sanar las heridas históricas que hay
en nuestro pueblo".
Director Humberto Solás
comienza rodaje de filme de bajo presupuesto
La Habana, 10 sep (EFE).- El director cubano
de cine Humberto Solás comenzará
a rodar en los próximos días en
La Habana la cinta "Gente del Pueblo",
de bajo presupuesto, acorte a los principios del
llamado "Cine Pobre".
Solás, uno de los más reconocidos
directores del nuevo cine latinoamericano, volverá
a ponerse tras las cámaras después
de tres años de mutismo para realizar este
proyecto con participación inglesa.
El director de películas como "Lucía",
"Manuela" y "El siglo de las luces"
tendrá a sus órdenes a los actores
cubanos Isabel Santos (Clandestinos), Mario Limonta
(Miel para Oshún) y Adela Legrá,
según medios locales cubanos.
La película se ajustará a un bajo
presupuesto que respetará los principios
del llamado "Cine Pobre".
Precisamente Solás promueve el Festival
Internacional de Cine Pobre en Cuba, que reúne
cada año trabajos realizados con pocos
recursos de producción.
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