OLA REPRESIVA
El prisionero olvidado
LA HABANA, octubre (www.cubanet.org)
- A diario nos llegan comunicaciones desde el
exterior sobre las disímiles y múltiples
actividades que se realizan en Europa, los Estados
Unidos y América Latina a favor de los
75 luchadores pro democracia que fueron condenados
a largas penas de prisión en juicios sumarísimos
el pasado abril.
Estas actividades, como dijimos anteriormente
van desde las denuncias de organizaciones ante
distintos foros internacionales sobre la falta
de transparencia de los procesos efectuados contra
el llamado grupo de los 75, hasta el envío
de ayuda humanitaria a sus familiares.
Una de las últimas informaciones al respecto
llegó de Francia. Un grupo de parlamentarios
franceses de diferentes tendencias (excepto los
comunistas), apadrinaría a un número
igual de prisioneros de conciencia en la Isla
y, de esa forma, cada uno de los parlamentarios
tendría más tiempo y más
posibilidades de llevar a cabo una campaña
efectiva a favor de los cautivos, toda vez que
solamente se concentrarían en uno de ellos.
Sin embargo, fuentes de la disidencia señalan
que les preocupa que a siete meses de la violenta
ola represiva que desató el régimen
contra estos luchadores pacíficos, los
cables internacionales y las distintas agencias
informativas de Europa y del continente sólo
mencionan a algunos de los encarcelados, ignorando
por completo a otros, que si bien no son muy conocidos
internacionalmente, no deben ser olvidados.
Tal es el caso de Carmelo Díaz Fernández
quien, en el momento de su arresto y condena a
16 años de prisión, se desempeñaba
como director de la Agencia de Prensa Sindical
Independiente de Cuba,, adscrita al Consejo Unitario
de Trabajadores Cubanos, desde donde informaba
las violaciones de carácter laboral que
se cometen en la Isla.
Practicante fervoroso de la fe cristiana, e intransigente
contra el abuso y lo mal hecho, Carmelo Díaz
se afilió en 1991 al Partido Solidaridad
Democrática, donde desplegó una
intensa actividad política, lo que motivó
que sufriera una tenaz persecución por
parte de la policía política, siendo
amenazado con la cárcel en varias ocasiones.
En 1993, junto a Adolfo Fernández Saínz
(también encarcelado durante la última
ola represiva), fundó la Central Sindical
Cristiana, organización que dos años
más tarde se integraría al Consejo
Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) que dirige
Pablo Pablo Álvarez Ramos, quien cumple
una condena de 25 años de cárcel.
A pesar de su estado de salud y de su edad, 63
años, Carmelo Fernández no decepcionó
a sus hermanos de lucha cuando fue juzgado en
la farsa montada en su contra. Cuando el fiscal
quiso endilgarle a Pedro Pablo Álvarez
la autoría de algunos materiales publicados
en el exterior, Carmelo pidió la palabra
y eximió a su compañero de toda
responsabilidad, declarándose autor principal
de todo lo publicado por la agencia que dirigía.
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