PRENSA INTERNACIONAL
Octubre 28, 2003

Embargos y bloqueos

El País, Uruguay. 28 de octubre de 2003.

EN el último libro de Jean Franois Revel, -"La obsesión antiamericana"-, ya traducido al español y disponible en las librerías, se incluye una frase que es oportuno reproducir y que merece comentarse. En ella se dice: "Observemos la diligencia y la constancia con que las autoridades democráticas o religiosas se han puesto de parte de Fidel Castro, por la única razón de que es objeto del embargo americano, por lo demás falazmente bautizado 'bloqueo' para las necesidades de la causa. Ahora bien, Cuba no ha cesado de comerciar con el mundo entero, salvo con los Estados Unidos, y el bajo nivel de vida de los cubanos se debe ante todo al régimen socialista".

Detrás de esas líneas se está aludiendo a uno de los errores de derecho internacional más tenazmente sostenidos; de las confusiones terminológicas más aceptadas y de las versiones politizadas más difundidas, donde no sólo se identifica como bloqueo a lo que es un embargo, desconociendo deliberadamente el alcance de cada una de las medidas, sino que además se ha utilizado para justificar el atraso y la miseria en que ha vivido el pueblo cubano a lo largo de su dictadura.

NO es ocioso comenzar por recordar a los desmemoriados que Estados Unidos fue de los primeros países en reconocer al gobierno de Fidel Castro, lo que hizo el 7 de enero de 1959, luego de Venezuela, y que a los pocos meses del triunfo de la revolución, viajó a Washington en su calidad de Primer Ministro, manteniendo una prolongada y cordial entrevista con el Vicepresidente Nixon e intensos contactos con los medios de prensa escritos y la televisión.

El idilio se cortó cuando la Unión Soviética, -que inicialmente estuvo en contra del régimen castrista-, estableció una alianza política e ideológica que todavía se mantiene, e hizo crisis cuando se nacionalizaron los bienes de los norteamericanos y las empresas localizadas en Cuba.

En ese momento, y como contrapartida, lo que se dispuso fue el "embargo económico" contra la isla, entendiendo expresamente como tal "toda restricción o comercio o transacción comercial y viajes desde Cuba y toda transacción en las cuales Cuba o los nacionales de Cuba tengan interés", aclarando el Congreso en el texto de la ley, que comprendía sólo "a los ciudadanos de Estados Unidos o a entidades organizadas bajo las leyes de Estados Unidos o que el principal lugar de negocio esté ubicado en los Estados Unidos".

PERO con el resto del mundo podía seguir comerciando libremente. Pese a ello, poco tiempo después de adoptada la medida, a alguien se le ocurrió decir que lo que se había establecido era un "bloqueo", lo que fue manejado por los soldados mansos de siempre como un argumento político, logrando involucrar en su campaña para que fuera dejado sin efecto a más de un gobierno y de un político presuntamente serio y que sigue siendo todavía arteramente difundido.

Esa actitud ignora la diferencia conceptual entre ambas figuras, ya que bloqueo es "cortar las comunicaciones", impedir que otros las mantengan, mientras que un embargo tiene como consecuencia la "prohibición del comercio y transporte de armas u otros objetos" entre dos partes. Y desconoce que efectivamente Cuba continuó manteniendo relaciones comerciales con los demás países que lo quisieron, -incluso con muchos de los protestatarios que después salieron a defenderla-, sin que esa posibilidad se le hubiera impedido a ninguno.

LA prueba de esa vinculación ya la habían ofrecido, para citar sólo tres ejemplos, la Unión Soviética en 1990, cuando el oficialista diario Izvestia divulgó que el gobierno de Cuba mantenía con la URSS una deuda de U$S 24.000 millones; Letonia en el año 1992 al suscribir un acuerdo canjeando frutas y azúcar por carne y productos lácteos que se pudo ejecutar normalmente y la propia Cuba en 1993 cuando se vio obligada a comprar 100.000 toneladas de azúcar a Tailandia para cumplir unos contratos que tenía pendientes con China. Y la acaba de reiterar Argentina hace pocos días con motivo de reanudarse las relaciones diplomáticas entre ambos países al haberse informado que durante la reunión mantenida entre Fidel Castro y el Ministro de Relaciones Exteriores Rafael Bielsa, aquél solicitó que se le perdonara el 75% del pago de la deuda que mantiene por un monto de 1.900 millones de dólares (!), contraída durante el transcurso de más de veinte años, a partir de la tercera presidencia de Perón y el 25% restante se le permitiera cancelarlo con medicamentos y asistencia hospitalaria. O sea que Argentina también ha continuado desarrollando sus vínculos comerciales sin que la afectara ningún bloqueo. Que no se le haya pagado lo que vendió es otra historia.

CUANDO en la prensa todavía se sigue escribiendo sobre unos inexistentes "43 años de bloqueo", en honor a la verdad histórica, éste debe considerarse como otro de los tantos errores sembrados por la izquierda internacional y nacional que se han abierto camino y que hay que desmentir, más que para convencer a quienes hace 43 años que de manera conciente lo hacen circular, para que la opinión pública libre tenga conocimiento sobre cómo ocurrieron realmente los hechos.

Ello no impide que sean útiles a la vez para caracterizar a quienes los difunden.

 

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