CULTURA
El teatro de calle, un reto a la actuación
LA HABANA, octubre (www.cubanet.org)
- Un teatro cuya dramaturgia tiene que enfilarse
hacia un público itinerante, no dispuesto
a ver el hecho teatral, constituye un reto para
cualquier colectivo.
Puestas que deben tener mecanismos que atrapen
un número de espectadores donde coexisten
todos los extremos: analfabetos, intelectuales,
niños, viejos, con otros focos de interés
que disuaden su atención del hecho artístico,
utilizan para ello niveles de relación
que van desde la realidad hasta la ficción,
siempre con un marcado acento en temas de interés
general apoyados en recursos histriónicos
para todos los gustos.
El teatro de calle, que de entrada no cuenta
con los medios, tiempo ni espacio del teatro de
sala, es casi siempre, aunque parta de un tema,
una suerte de acoplamiento con un improvisado
escenario natural donde la iluminación,
el ruido ambiente y la duración del espectáculo
tienden a ser variables como el público
que casi fortuitamente asiste a la función
y la abandona.
El término que caracteriza a los actores
y juglares que trabajan en un espacio libre, Teatro
de Calle, tiene como una de las características
fundamentales el disminuir la diferencia entre
el actor y el espectador, no sólo en el
vestuario, sino también en la dramaturgia
sencilla y los parlamentos breves, que simulan
lo más posible un intercambio sobre algo
común, a la vez que van develando el mensaje
cultural.
Bebo Ruiz, el director de Juglaresca Habana,
durante el primer encuentro de esta modalidad
de actuación celebrado en Sancti Spíritus,
indicó en el taller "Códigos
expresivos del teatro de calle" que es más
cercano a Bretch que ningún otro teatro,
pues no posee un marco escénico, el público
se sitúa donde prefiera y el espacio cambia
constantemente, además de ser una propuesta
donde cabe todo: movimiento, actuación
y diseño que el actor va manejando.
El teatro de calle cubano, con agrupaciones a
todo lo largo y ancho de la Isla como Juglaresca
Habana, Teatro Callejero Andante, así como
los Tropatrapo, Titirivida y Rabrindranath Tagore,
entre otros, alegran y convocan a un encuentro
cultural provechoso a través de sus pasacalles
y actuaciones, que han ido cobrando realce entre
los espectáculos con mayor asistencia en
el país.
Si bien las limitaciones materiales afectan el
vestuario, transporte y participación de
diversas agrupaciones con marcado renombre en
esta especialidad teatral, el empuje de la manifestación
y el deseo de los actores de confrontar con el
pueblo su quehacer inmediato, hacen de cada convocatoria
a La fiesta del títere, con sede en La
Habana, un acontecimiento cultural de gran envergadura
al demostrar en todos los espacios que la vida
en la calle también es un teatro. cnet/09
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