POLITICA
Ellos, los dependientes
LA HABANA, octubre (www.cubanet.org)
- Las diatribas y descalificaciones contra los
periodistas independientes cubanos y sus promotores
en el extranjero constituyen la línea editorial
de cuanto advenedizo de las letras y la cultura
se autorizado -por el simple hecho de servir al
régimen de la Isla- a ejercer un oficio
que dignifica sólo cuando se practica en
libertad.
En un artículo titulado "Ellos, los
independientes", escrito para la página
digital Cuba-Debate por la señora Aleida
Godínez, ex opositora y ex agente de la
Seguridad del Estado cubana, se vuelve a mostrar
la insidia y la manipulación orquestada
contra todo proyecto alternativo a la fracasada
revolución.
Mentiras levantadas como edificios sobre los
cimientos de un derecho elemental -el de informar
libremente- así como acusaciones falsas
de mercenarismo, ignorancia, sumisión y
otros epítetos constantes del refranero
comunista, sirven de soporte tergiversador a un
trabajo que desde sus inicios suena estereotipado,
y sabe a "eso es lo que ordenaron escribir".
La señora Godínez, que por sus
años de topo en los grupos disidentes de
Cuba sabe perfectamente que cada periodista independiente
elige sus temas de acuerdo al perfil más
afín con sus conocimientos, refrenda sin
embargo que la única línea editorial
practicada por ellos es "hablar mal de la
revolución". ¿Es acaso "hablar
mal" sacar a la luz cuanto se oculta? ¿Decir
que no existe el derecho a la libertad de expresión,
de asociación, de viajar? ¿Qué
la represión contra la disidencia y la
ciudadanía es constante, los salarios son
insuficientes, las pensiones para jubilados una
metáfora y la vivienda y la alimentación
una creciente catástrofe?
¿Son acaso mentiras los miles de cubanos
que huyen del país por cualquier vía,
la corrupción, que hace más de cuatro
décadas no se realizan elecciones libres
en el país, donde se postulan y eligen
entre sí los miembros de un solo partido,
el comunista, o que la salud pública está
en crisis?
Ella escribió buenos artículos
y noticias sobre esas supuestas mentiras, y no
sólo recibió elogios, sino también
dinero, algo normal para cualquier periodista
que publique un trabajo. Y si en algo hay consenso
es en que fueron escritos con honestidad.
La letra no engaña al sentimiento, ni
se puede moldear como la plastilina, pues suena
falsa, se notan sus costuras, se ve que fue un
acto de armazón, como desgraciadamente
se siente en su artículo Ellos, los independientes.
Por otra parte, y bajo el subtítulo Entre
pillos anda el juego, la informante oficial arremete
contra CubaNet y su editora, Rosa Berre, por considerar
que esta ONG fue creada por una improvisada desde
la cocina de su casa. Agrega que todo este negocio
le permitió adquirir una casa confortable
-y ésta sí es una mentira- un auto
del año -¿cuál año?-
y abrir sus propias oficinas.
En todo caso, son cosas de la democracia, ¿no
cree? A los 17 años ya Rosa Berre trabajaba
en el periódico HOY, que dio paso al Granma
al fusionarse con el diario Revolución.
Los fuertes vientos de la censura la echaron de
allí, -junto a cientos de trabajadores
de Granma- o "la bajaron del carro de la
revolución", como dicen los comunistas.
Asimismo, Lux Info Press, otra de las agencias
independientes víctimas del supuesto análisis,
y de la que Godínez fue directora, sólo
exige veracidad y trabajos que se apeguen a la
realidad sociolaboral del país, como hilo
conductor de una revista con siete décadas
de circulación y mucho prestigio.
No hay dudas de que hay un gran desfase entre
lo que dice y lo que piensa la articulista, más
aún para quienes conocieron sus trabajos
publicados en su etapa disidente, demostrativos
de que ni con la capacidad de doblez de un Tartufo
se podían haber escrito tan sinceros por
reales.
Pero vamos a creer que fingía para capturar
a los conspiradores de una subversión de
poemas, artículos redactados con una sintaxis
de urgencia, pero nacidos de la corriente de la
honestidad.
Algún que otro punto de vista político
no descalifica a la prensa independiente cubana,
si la comparamos con el periodismo oficialista,
incapaz de dar a conocer una información
conocida en el mundo durante años, pero
muy capaz de hilvanar calificativos peyorativos
como "loba, camaleón, gusano, oso"
contra sus oponentes, métodos muy alejados
del verdadero periodismo profesional.
En cuanto al derecho a escribir para el extranjero
-delito por el que fueron enviados a prisión
decenas de periodistas en abril último-
¿acaso no escriben o han escrito Guillermo
Rodríguez Rivera, Lisandro Otero, Amir
Valle Ojeda, entre otros miembros de la UNEAC
para la revista Encuentro, editada en España
y una de las razones por las que fue encarcelado
el poeta y periodista Raúl Rivero?
¿No escriben Lázaro Fariñas,
Max Lesnic contra su país adoptivo, los
Estados Unidos, y desde su propio suelo, en las
páginas del Juventud Rebelde cubano? ¿Han
sido acusados de mercenarios al servicio de un
país extranjero, detenidos, enjuiciados,
encarcelados por ejercer un derecho universal?
Es una maldad que se haya puesto del lado equivocado
o de desee reconocer la verdad que le llega a
cada instante. Mientras se habla durante miles
de horas de los atropellos norteamericanos en
Irak, Afganistán y el resto del mundo,
no se le concede un solo minuto a la masacre de
Tienamen, la defenestración de Milosevic,
el linchamiento de Ceaucescu o la entrada de los
tanques soviéticos a Checoslovaquia.
Jamás una Serie Mundial de las Grandes
Ligas, el alunizaje de los astronautas americanos,
y tantas cosas más que junto a los bien
sobredimensionados hechos relacionados con las
drogas y la violencia conforman la realidad norteamericana.
¿Es éste el periodismo objetivo
que la ex disidente quiere para Cuba? ¿Quiénes
obedecen a una línea editorial prefigurada,
los independientes o los dependientes de la política
oficial?
Dejemos eso a los "caballistas" que
como Aleida Godínez siempre se colocan
del lado más conveniente, y citemos, para
concluir, lo expresado por Manuel Vázquez
Portal en una carta, como muestra del compromiso
ético con la verdad del periodismo libre
que se practica en Cuba: "Yo, preso por mis
ideales, soy feliz; ellos, libres por sus abyecciones,
deben estar padeciendo en algún círculo
del infierno". cnet/09
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