PRENSA INTERNACIONAL
Octubre 17, 2003

Cuba: la razón moral

Janisset Rivero. El Nuevo Herald, 17 de octubre de 2003.

Seis meses atrás la dictadura totalitaria de La Habana desencadenó una ola represiva en la que fueron detenidos más de cien activistas cívicos y llevó a prisión a 80 de ellos. Para muchos, el hecho de que parte del liderazgo opositor estuviera condenado a largas penas de prisión significó el ocaso de la oposición cívica cubana. El régimen con este golpe pretendió descabezar al movimiento en todas las provincias. Ahora, con el respaldo internacional más contundente para los demócratas cubanos que jamás se haya logrado, la oposición cubana de intramuros vuelve a la carga.

A la derrota de la llamada ''batalla de ideas'', lanzada en el 2000 por el propio Castro, se suma hoy la reafirmación de los de- seos de cambio de un pueblo avasallado y humillado por demasiado tiempo. Si 11,020 firmas de ciudadanos cubanos le dijeron al mundo el 10 de mayo del 2002 que el deseo de libertad se está haciendo más fuerte que el miedo, la suma de 14,000 firmas más de apoyo al Proyecto Varela lo corroboran.

No se trata, como algunos críticos dicen, de legitimizar una constitución representante del yugo totalitario, se trata de despertar al ciudadano y hacer que dé el paso liberador. Para muchos, desde el exilio, es un paso insignificante, pero para los sofocados bajo la persecución, el adoctrinamiento y la desconfianza es un gran paso pues es decir por vez primera la verdad.

Sin embargo, estos seis meses después del 18 de marzo no solamente asombran por la entrega de las rúbricas el 3 de octubre, sino también por los gestos de valentía y amor a Cuba que han protagonizado numerosos prisioneros políticos cubanos y sus familiares. Desde las actitudes de José Daniel Ferrer, Librado Linares o Raúl Rivero en los injustos juicios sumarios; las declaraciones y acciones de Miriam Leiva o Iraida Rivas, esposas de los prisioneros políticos gravemente enfermos Oscar Espinosa Chepe y Roberto de Miranda; hasta las misas, vigilias, actividades y declaraciones de la sociedad civil independiente en la isla que se han incrementado, demuestran que los cubanos se han crecido ante las fuerzas represivas. Es parte del renacer de una sociedad que está cansada del terrorismo de estado, es parte de esa república que ha resistido el embate de más de un siglo de ostracismo y falta de derechos.

Desde el exilio debemos respaldar el esfuerzo de la república por renacer, pues somos nosotros parte inseparable de la misma. Miremos hacia la isla, escuchemos lo que nos dicen nuestros hermanos. A veces, por tantos años de distancia y dolor, nos cuesta escucharnos. El recelo, las divisiones y los sectarismos son instrumentos de dominación del régimen y son la expresión de los antivalores promovidos por la dictadura. Durante el último año ha sido importante el debate sincero y respetuoso que el Proyecto Varela suscitó, pues es saludable para la república en cueces que se promuevan el pluralismo y la diversidad de opiniones. Sin embargo, querer reeditar los sinsabores que (ya no el debate, sino la falta de tolerancia y el irrespeto a la opinión ajena) trajeron muchos comentarios incorrectos, no es inteligente ni honrado.

Les toca a todos los cubanos, dentro y fuera de la isla, aunar fuerzas para hacer que más cubanos de intramuros despierten y echen a andar. Los sectarismos debilitan nuestra calidad de luchadores prodemocracia. Aprendamos cómo, en el seno de familias opositoras que conocemos y respetamos, coexisten las diferencias de enfoques y proyectos aunque se comparten los principios esenciales. Este es el caso de Oscar Biscet y su esposa Elsa Morejón, él no apoya el Proyecto Varela y ella lo firmó; o Jorge Luis García Pérez, Antúnez, que respeta esta iniciativa ciudadana pero no la apoya, y su hermana Berta Antúnez y su esposo, quienes no solamente son firmantes del Proyecto, sino que recogieron firmas para el mismo. ¿Es por esto alguno de ellos menos cubano o menos patriota que los demás?

La verdadera batalla que se está librando en Cuba va más allá del escenario político. Al buen decir del escritor Soren Triff, se trata del enfrentamiento de dos culturas: aquella del odio, la violencia, la intolerancia y el sectarismo, la que ha postulado históricamente que los problemas políticos y sociales solamente se resuelven con la imposición; y aquella que busca las soluciones a través del civismo, la tolerancia, la apertura del espacio público para propiciar el diálogo real.

Esta segunda corriente, más acorde con la visión moderna de la sociedad, representa mejor los sueños de los que buscamos libertad y democracia para Cuba. El civilismo siempre ha sido víctima del militarismo en nuestra historia. Cuba, la nación, purificada en el sufrimiento de tantos años de horror, tiene ahora la posibilidad de cambiar el rumbo de su historia, para que las generaciones futuras puedan aspirar a un país donde se cree y se labore con paz y justicia. La razón que nos guíe más que política ha de ser una razón moral.

Directora Ejecutiva del Directorio Democrático Cubano.


 

IMPRIMIR

 



PRENSAS
Independiente
Internacional
Gubernamental
IDIOMAS
Inglés
Francés
Español
SOCIEDAD CIVIL
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
DEL LECTOR
Cartas
Opinión
BUSQUEDAS
Archivos
Documentos
Enlaces
CULTURA
Artes Plásticas
El Niño del Pífano
Octavillas sobre La Habana
Fotos de Cuba
CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Eléctronico

DONACIONES

In Association with Amazon.com
Busque:

Palabras claves:

CUBANET
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887

CONTACTOS
Periodistas
Editores
Webmaster