OLA
REPRESIVA
Solidaridad con los periodistas independientes
de Cuba
Miriam Leiva
LA HABANA, octubre (www.cubanet.org) - La Universidad
de Columbia, Nueva York, entregó a la Sociedad
de Periodistas Manuel Márquez Sterling
y la revista DE CUBA una mención especial,
en el contexto del Premio Mariah Morse Cabot,
el 9 de octubre.
La 59 Asamblea General de la Sociedad Interamericana
de Prensa, reunida a mediados de octubre, denunció
las condiciones de confinamiento de 28 periodistas
independientes desde marzo pasado, y demandó
su inmediata excarcelación; expresó
su apoyo a quienes bajo acoso continúan
ejerciendo el periodismo, y exhortó a la
solidaridad internacional.
El Comité para la Protección de
los Periodistas confirió el Premio Libertad
de Expresión al colega Manuel Vázquez
Portal que desde la mazmorra ejerce la profesión
a través de su Diario de Prisión
y otros escritos. El acto de entrega será
en noviembre.
Ninguna de esas actividades puede contar con
la presencia de los galardonados cubanos. Raúl
Rivero, inspirador del periodismo independiente,
fue sentenciado a 20 años de cárcel;
Ricardo González Alfonso, Presidente de
la Sociedad Manuel Márquez Sterling y director
de la Revista DE CUBA (cuyos dos únicos
números editados en la Isla con concepción
plural enfurecieron al régimen totalitario),
también cumple 20 años; Manuel Vázquez
Portal enfrenta 18 años. Miembros de la
Sociedad y columnistas de la revista sirven condenas
de hasta 28 años.
Las condiciones infrahumanas llevaron a Manuel
y otros prisioneros de conciencia a declararse
en huelga de hambre en Santiago de Cuba. Adolfo
González Saínz y sus compañeros
lo hicieron en Holguín.
Sus delitos fueron expresar sus ideas de manera
constructiva y pacífica. Sus armas letales
eran libros, revistas, equipos de fax, algunas
computadoras, teléfonos y grabadoras, decomisados
luego de vejaminosos y prolongados registros a
sus hogares, perpetrados por decenas de oficiales
de la policía política. La Declaración
Universal de Derechos Humanos se incautó
como documento subversivo.
Las autoridades se han ensañado con ellos
y sus familias. Los han enviado a cientos de kilómetros,
en un país donde el transporte está
colapsado. Son sometidos a un "régimen
de máxima severidad especial", en
minúsculas celdas tapiadas; con visitas
cada tres meses y pabellón conyugal cada
cinco meses.
Enfrentan dificultades para enviar y recibir
correspondencia. La mayoría no puede realizar
llamadas telefónicas. Sólo reciben
suministros de 30 libras por sus familiares durante
esos largos periodos trimestrales y algunos cada
cuatro meses. La alimentación es escasa
y a veces en mal estado; el agua potable, inexistente
o contaminada.
Tienen limitado acceso a los medicamentos, incluso
los ofrecidos por los familiares; mala atención
médica, aún para los muy enfermos,
y hasta hospitalizados.
Sin embargo, nada ha quebrantado sus convicciones.
La solidaridad del pueblo cubano, de los colegas
extranjeros y de la comunidad internacional, llegada
a ellos a través de sus familiares, los
fortalece y estimula.
El gobierno cubano no podrá mantenerse
inconmovible. La libertad de los 26 periodistas
independientes y los demás prisioneros
de conciencia encarcelados durante la asonada
represiva de la nefasta primavera pasada, no deberá
tardar.
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