Cuba
pagará la deuda con medicamentos
La
Nación Line,
Argentina, 14 de octubre de 2003.
- El Gobierno aceptó
una quita del 75% a cambio, entre otras cosas,
de atención médica de argentinos
en hospitales cubanos
- Se habló de una
visita de Kirchner para febrero
- El plan de cancelación
contempla la capacitación en biotecnología
y educación
- Preferencia para exportaciones
El canciller Rafael Bielsa regresaba anteanoche
a la residencia donde está alojado tras
visitar a la hija de un amigo suyo que tuvo un
accidente de tránsito en la Argentina y
que es sometida a un tratamiento en La Habana.
Al calor de la noche caribeña, se le ocurrió
un mecanismo alternativo para que, después
de 30 años, Cuba cancele aunque sea una
parte de la deuda de 1900 millones de dólares
que mantiene con la Argentina y que se había
tornado incobrable: la atención gratuita
de argentinos de bajos recursos que necesiten
tratamientos de alta complejidad en hospitales
cubanos, líderes en adelantos médicos.
La idea se formalizó y se amplió
en el preacuerdo que alcanzó ayer con el
presidente del Banco Central de Cuba, Francisco
Soberón, y con el canciller cubano, Felipe
Pérez Roque, la primera reunión
formal que el canciller mantuvo desde su llegada
a la isla, el sábado último.
En un encuentro posterior, Bielsa recibió
además una invitación formal para
que el presidente Néstor Kirchner visite
la isla en febrero próximo.
Ocurre que más allá de los acuerdos
económicos planteados, la visita de Bielsa
a la isla, la primera de un canciller en 14 años,
representa el relanzamiento de las relaciones
diplomáticas entre ambos países,
deterioradas durante los últimos años
por la posición desfavorable hacia Cuba
de la Argentina en las Naciones Unidas.
La presentación del nuevo embajador argentino
en La Habana, Raúl Taleb, fue la excusa
formal del viaje. Ese cargo estaba vacante desde
febrero de 2001, cuando el entonces presidente
Fernando de la Rúa ordenó el retiro
del representante diplomático luego de
que su par cubano, Fidel Castro, acusó
al gobierno argentino de "lamebotas de los
yanquis".
Alcances de la propuesta
La propuesta para cancelar la deuda que ayer
realizó Cuba, y que será analizada
por una comisión mixta de técnicos
argentinos y cubanos a partir del mes próximo,
contempla una quita del 75% del monto total de
la deuda, según informó a LA NACION
el secretario de Asuntos Latinoamericanos de la
Cancillería, Eduardo Sguiglia. Es el mismo
porcentaje que el ministro de Economía,
Roberto Lavagna, presentó a los acreedores
privados el mes último, en los Emiratos
Arabes.
Si la Argentina acepta la propuesta, algo esperable
dado que el preacuerdo fue considerado un "éxito
total" por la delegación argentina,
el restante 25%, unos 475 millones de dólares,
sería cancelado del siguiente modo:
El pago de los intereses en efectivo desde el
momento de la firma del acuerdo.
El envío a la Argentina de medicamentos
de uso popular de fabricación cubana.
La atención gratuita en la isla durante
los próximos cinco años de ciudadanos
argentinos de bajos recursos que necesiten tratamientos
de alta complejidad, por un total de 50 millones
de dólares.
La capacitación en Cuba en biotecnología
y educación para científicos y docentes
argentinos.
"Nos pareció positivo que aceptaran
oficialmente la deuda y que reanuden las negociaciones
con una oferta concreta", indicó a
LA NACION Sguiglia, encargado de los aspectos
técnicos del preacuerdo.
Altas fuentes del Palacio de Hacienda indicaron
ayer a LA NACION que "la idea es cobrar como
sea una deuda que ya tiene más de 20 años".
La deuda fue contraída en 1973, durante
la tercera presidencia de Juan Perón.
Las opciones planteadas por Bielsa fueron consensuadas
con el Ministerio de Economía en el armado
de la agenda para el viaje a Cuba.
Al respecto, Economía no tiene una preferencia
en particular sobre el cobro por medio de un mecanismo
de capitalización o de una sustancial quita,
tal como la Argentina plantó a sus propios
acreedores.
En la próxima reunión entre ambos
países, en la que se espera que se firme
el acuerdo, participarán técnicos
del Banco Central argentino y del Banco de Inversión
y de Comercio Exterior (BICE).
La presencia de funcionarios del BICE no es antojadiza:
en la mesa de negociación también
se conversó la posibilidad de que bonos
de la deuda cubana sean utilizados para realizar
inversiones en la isla.
Este mecanismo generó, sin embargo, algunas
resistencias entre los representantes cubanos.
"No quieren sentar como precedente el sistema
de canjear deuda por capitalización",
explicó a LA NACION un integrante de la
comitiva argentina, que se negó a dar más
precisiones para no violar una cláusula
de confidencialidad del preacuerdo.
En la negociación se logró también,
siempre según fuentes de la delegación
argentina, que el gobierno de Castro otorgue un
tratamiento arancelario preferencial para 1300
productos argentinos.
Durante la jornada de ayer también se
rubricaron 15 acuerdos de cooperación científico-técnica,
uno para el intercambio de opiniones sobre negocios
internacionales, otro para la asesoría
técnica en materia de documentación
y archivos históricos y otro para el intercambio
de grupos artísticos.
Muy pocas empresas se animan a invertir
Los argentinos que miran hacia Cuba
Cuando, a mediados de los años 90, se
empezó a estudiar la posibilidad de capitalizar
la deuda que tiene Cuba con la Argentina mediante
inversiones, varios empresarios locales pusieron
la mira en la isla, aunque hasta ahora muy pocos
se atrevieron a concretar sus emprendimientos.
El turismo, el sector petrolero y la industria
de la alimentación son, a priori, los segmentos
de la economía cubana que ofrecen mayores
atractivos para las compañías argentinas,
pero por más ventajas que ofrezcan las
tierras de Fidel Castro, son contadas las firmas
que se atrevieron a probar suerte allí.
Entre las empresas grandes, hasta ahora una de
las pocas que tienen una presencia directa en
la isla es Bagó. El laboratorio puso un
pie en Cuba en 1995 asociado a la firma Gautier.
Por su parte, la petrolera Repsol YPF anunció
hace unos meses que antes de fin de año
invertirá entre 25 y 40 millones de dólares
en la perforación de pozos petroleros en
el mar cubano.
Entre los que analizaron invertir en la isla
figura el grupo Bulgheroni, que en su momento
recibió una invitación del gobierno
castrista para realizar tareas de exploración.
Y varias empresas lácteas estudian abrir
oficinas comerciales en la isla, aprovechando
la reciente reapertura del mercado cubano para
los productos argentinos.
Turismo, al frente
Pero más allá de las necesidades
de petróleo, alimentos y medicamentos,
el rubro que más seduce a los inversores,
no sólo de la Argentina sino también
de Europa y Canadá, es el turismo. Pese
al embargo norteamericano que dificulta la llegada
de turistas, hoy las playas cubanas reciben dos
millones de extranjeros al año.
"Hasta ahora no hay ningún grupo
argentino con inversiones en turismo en Cuba,
pero se trata de un negocio evidentemente interesante
para los empresarios locales", explicó
Arturo García Rosa, director de la consultora
HVS, que se especializa precisamente en negocios
vinculados con la hotelería y el turismo.
García Rosa confía en que en el
corto plazo se concretarán inversiones
argentinas ligadas al turismo y dijo que para
adelantarse a esta ola estudia abrir una filial
en La Habana.
Una plaza creciente para los productos argentinos
La isla importa US$ 5250 millones por año
En términos comerciales, Cuba representa
para la Argentina un destino con gran potencial
para sus exportaciones.
El país caribeño tiene una demanda
centrada en alimentos, maquinarias y equipos (excluyendo
el petróleo y los lubricantes) y el año
último importó por US$ 5250 millones,
según un informe de la Cancillería.
Arroz partido, trigo y morcajo, trozos y despojos
comestibles, leche en polvo, harina de trigo,
leche sin azúcar, aparatos receptores de
TV en colores, frijol común, partes de
aparatos eléctricos de telefonía
y aceite de soja conforman su menú de compras.
La Argentina participa apenas con el 1,69% de
ello y, en este último tiempo, varias empresas
empezaron a considerar a Cuba como un mercado
con oportunidades por desarrollar. Además
de Molinos y Arcor, que lo tienen como destino
de sus ventas, hay muchos pequeños exportadores
que ven posible cumplir con volúmenes de
pedidos menos importantes, vinculados con la industria
hotelera y alimentaria.
De hecho, entre el 2 y el 9 de noviembre próximo,
en la Feria Internacional de La Habana, nuestro
país participará con un pabellón
que agotó su disponibilidad. Allí
estarán empresas grandes y chicas: Repsol
YPF y Gregorutti y Asociados serán algunas
de las firmas allí presentes.
Una señal positiva fue la reciente aceptación
de Cuba de certificados sanitarios emitidos por
el Senasa, lo que hace posible la exportación
de carnes bovinas y porcinas.
No obstante, uno de los reclamos de los argentinos
es profundizar el Acuerdo de Complementación
Económica suscripto por Cuba y la Argentina
en la Asociación Latinoamericana de Integración,
dado que por ahora sólo 20 productos locales
cuentan con ventajas arancelarias para ingresar
en la isla. Nuestro país intenta obtener
en breve la ampliación de esas preferencias
a unos 1300 productos locales.
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