LABORALES
Marinero en tierra
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org)
- El pasado lunes, mientras hacía fila
para tomar un transporte que cubre la ruta entre
los municipios Centro Habana y Cotorro, escuché
a un hombre, (que después supe que era
marino mercante y que también hacía
fila igual que yo) decirle a un colega suyo enfáticamente:
"Antes éramos personas, ahora somos
una mierda".
Esa autodefinición tan poco edificante,
aceptada por su interlocutor, y que daba la impresión
de que generalizaba a todo un gremio, me llevó
a buscar a Jorge, un miembro activo de la marina
mercante cubana.
Jorge es un maquinista que lleva treinta años
en ese sector, pero hace más de tres años
que no es enrolado, es decir, no forma parte de
ninguna tripulación.
"El problema es que casi no hay barcos.
Algunos fueron vendidos como chatarra y otros
son muy viejos y no pueden ser utilizados".
La flota mercante cubana prácticamente
ha dejado de existir, según este marinero,
porque "aquí nunca se le dio reparación
capital a los buques. La política siempre
fue la de utilizar hasta donde fuera posible los
barcos, sin tener que emplear dinero en subirlos
a un astillero. Se cayó el campo socialista,
se hundió la economía de Cuba y
se acabaron los barcos".
Hace unos años dejaron de existir la Empresa
de Navegación Mambisa, la Flota Cubana
de Pesca y la Empresa de Navegación Caribe,
y en su lugar surgió la Agencia Empleadora
Marítima del Caribe (AGEMARCA).
"AGEMARCA", explica Jorge, "es
la encargada de realizar los contratos con las
armadoras extranjeras. Cuando esos contratos se
logran, el 70 por ciento de lo acordado es para
el Estado y el 30 restante para los marineros.
Pero lo más grave de esto es que en estos
momentos más de mil marineros estamos en
espera de ser enrolados, y algunos, por la edad,
ya estamos perdiendo las esperanzas".
¿Qué hacen esas personas mientras
tanto? ¿Reciben algún salario?
"Muchos", responde "estuvimos
cerca de un año y medio sin cobrar nada.
Luego comenzaron a pagarnos entre el 60 y 70 por
ciento de nuestro sueldo mensual. Yo, por ejemplo,
gano al mes 240 pesos (un poquito más de
9 dólares). Un kilogramo de pollo cuesta
2 dólares con 25 centavos y un litro de
aceite para la cocina un dólar con 95 centavos.
Como es lógico, para tratar de subsistir
realizamos cualquier tipo de empleo. Unos venden
flores, otros pizzas, otros son serenos nocturnos,
y así, lo que se encuentre".
La situación es poco halagüeña
para los marinos mercantes cubanos, pero al parecer
hay otros que están peor. "Pero a
pesar de todo eso, los que están en más
grave situación son los de la antigua flota
pesquera. Ahí hay gente que no los enrolan
hace más de diez años. Lo que era
el antiguo puerto pesquero ahora es un cementerio
de barcos".
Aunque ser marinero es una tarea difícil,
sobre todo porque hay que pasar tiempo alejado
de la familia, en Cuba siempre ha sido un empleo
de privilegio y de confiabilidad política.
De confiabilidad para que, sobre todo, no se queden
en otro país; y de privilegio porque, aunque
siempre han tenido un bajo salario comparado con
los que realizan igual actividad en otras partes
del mundo, han podido traer "pacotilla"
para tener equipadas sus viviendas y para vender
a buen precio la restante.
"Yo espero", concluyó el marino,
"dar otro viaje más para poder levantar
un poco de presión'. Ya tengo sesenta años,
sería un milagro si me enrolan más
de una vez con la actual situación que
hay. Después, a inventar para poder vivir".cnet/13
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