ECONOMIA
INFORMAL
Vecinos protestan por presencia de prostitutas
LA HABANA, 1 de octubre (www.cubanet.org)
- Desde hace varios meses más de veinte
muchachas se sitúan en los bajos del edificio
ubicado en la avenida Santa Catalina, entre Primelles
y Avenida de los Ocujes, en el capitalino barrio
del Cerro. Allí establecen el centro para
ofertar sus servicios como prostitutas. Esa situación,
que ocurre diariamente pasadas las nueve de la
noche y se extiende hasta casi el amanecer, ha
provocado la irritación de los que habitan
el inmueble y lugares aledaños, debido
a la desfachatez con que actúan estas jóvenes
y los hechos inmorales que se originan. Los vecinos
no permiten a sus hijas sentarse en los bajos
del edificio donde viven, y varios se han quejado
al delegado del Poder Popular, porque según
ellos lo que allí se observa ya no tiene
nombre.
Residentes de la zona señalaron que se
ha podido observar cómo algunos agentes
de la policía son sobornados, con dinero
o con propuesta de sexo gratis, a cambio de la
tolerancia de las "jineteras" en el
lugar, y atestiguan que durante la noche numerosos
autos con chapa turística y vehículos
conducidos por nacionales se detienen a contratar
sus servicios. Igualmente acuden al punto jóvenes
de otros lugares del municipio que conocen la
situación. Las tarifas llegan hasta veinte
dólares, según los deseos del cliente
y la variedad del servicio ofertado.
Interpeladas dos jóvenes que se encontraban
sentadas frente al edificio y sabiendo que el
curioso no tenía que ver con la policía,
ellas dijeron no pertenecer al mismo grupo que
poblaba la acera contraria. Dijeron que aunque
ejercían la misma práctica comercial
con sus cuerpos, no eran promiscuas como sus competidoras
y tenían mejor nivel que aquéllas,
a las que calificaron de vulgares.
Una de ellas dijo cursar tercer año de
una carrera universitaria y la otra concluyó
sus estudios de técnico medio. Provenientes
de un pueblo del interior de la isla, donde enfrentan
una dura situación económica y la
vida resulta insoportable, decidieron emigrar
a La Habana donde rentan una pequeña habitación
por el precio de cuarenta dólares mensuales.
A escondidas de su familia realizan estas actividades.
Confesaron no sentirse bien ejerciendo como prostitutas,
pero que al menos reciben una paga que sus salarios
no alcanzarían a cubrir. Al poco rato un
auto marca Lada las recogió para perderse
rápidamente en la oscuridad de una nueva
aventura sexual
A escasos metros del sitio se dan los toque finales
a un nuevo edificio de apartamentos que al parecer
va a ser asignado al Ministerio del Interior.
Ya se ven algunos oficiales visitando las viviendas
que les serán entregadas. Algunos vecinos
tienen la esperanza de que cuando se inaugure
la edificación ello influya de alguna manera
para que la policía local tome en serio
el asunto y erradique este foco de prostitución.
cnet/21
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