POLITICA
Lula, tabla de salvación
LA HABANA, octubre (www.cubanet.org)
- Entre los días 26 y 27 de septiembre
visitó el país Luiz Ignacio Lula
Da Silva, esta vez en su condición de Presidente
de la República Federativa de Brasil. Pese
al consejo de algunos de sus asesores de que el
momento no era propicio para ello, el ex líder
metalúrgico vino a algo más que
visitar a su amigo Fidel Castro.
Entre las cualidades del actual mandatario carioca
quizás una de las más sobresalientes
es la persistencia. Candidato a la presidencia
del país en tres oportunidades, se mantuvo
firme en su pretensión electoral. Dicen
que a la tercera va la vencida, pero para Lula
fue la cuarta.
La visita duró no más de 30 horas.
En contra de lo que se esperaba, el agasajo al
visitante no incluyó manifestaciones populares
de apoyo a ambos líderes, de las que tanto
gusta el septuagenario presidente cubano. A todas
luces, esta fue una visita de negocios. La prioridad
fue sobre los temas comerciales y económicos.
Fue literalmente "una visita de médico".
Llegó a ver al paciente, cuya enfermedad
está diagnosticada pero en cuyo tratamiento
hay divergencias, y aplicó el suero para
revivirlo, o mejor, evitar su defunción.
Fiel a una amistad que se remonta a 23 años
atrás, Lula ha decidido ayudar a su amigo
en momentos en que la economía cubana no
da más. Su comitiva estaba integrada mayoritariamente
por especialistas y hombres de negocios.
Doce acuerdos de cooperación bilateral
fueron rubricados en el Seminario Empresarial
Cuba Brasil, que sesionó en el Hotel Nacional,
que abarcan disímiles áreas productivas
y sociales. Se comprometieron inversiones por
200 millones de dólares en varios sectores
de la economía cubana, cantidad que si
bien no resuelve las necesidades de inversiones
del país, representan algo. Pero lo principal,
es un alivio a una economía que requiere
oxígeno financiero, aún a riesgo
de tornar más en números negativos
su crítica balanza comercial y de pagos.
El gobernante cubano calificó el encuentro
como "la mejor visita que hemos tenido nunca".
(Y las de Chávez, ¿dónde
quedan? Claro, el aprendiz pide mucho y no da
tanto).
En su lógica de caudillo militar con cuatro
décadas de gobierno, si Lula tiene un plan
llamado Hambre Cero, ¿por qué no
incluir a los cubanos, que siempre serán
una minoría? Le toca ahora a los hombres
de negocios brasileños vivir las peripecias
habaneras tratando de que le paguen el dinero
adeudado por empresas cubanas que no tienen liquidez,
ya que de "arriba" les quitan el dinero
ganado para sufragar "planes priorizados
de la revolución".
Tanto retuerzo económico no podrá
impedir el derrumbe de un sistema que por su naturaleza
está condenado al fracaso, por inviable
y antinatural. El pueblo cubano seguirá
sufriendo los descalabros económicos, pagando
de su bolsillo las batallas de ideas y cuanto
invento tenga el patriarca otoñal. La tabla
de salvación auriverde no servirá
de mucho en el mar embravecido de la economía
mundial. cnet/27
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