OLA
REPRESIVA
Por Patria y por Decoro
LA HABANA, octubre (www.cubanet.org) - Decoro
y Patria fueron los nombres que Manuel Vázquez
Portal y Juan Adolfo Fernández Sainz seleccionaron
para designar los órganos de prensa libre
que fundaron. En ambos casos los nombres elegidos
respondieron a la esencia personal de sus fundadores.
Manuel Vázquez y Adolfo Fernández,
aunque de estilos y personalidades diametralmente
opuestas, llegaron a un punto común de
convergencia, singularizando como pocos la cubanía
y la virtud ciudadana.
Manuel Vázquez es un poeta y narrador
galardonado y reconocido, que en su momento rompió
con limpieza sus vínculos con el régimen
castrista. A partir de esto asumió los
riesgos del proscrito en la prensa independiente
y aportó a la misma una belleza y profundidad
muy apreciadas desde sus crónicas, en las
que consigue el balance perfecto entre lo culto
y la savia robusta que asciende desde el pueblo.
Adolfo Fernández es el tecnócrata
temido por la nomenklatura de poder, que en un
momento sublime lo abandona todo y se convierte
en abanderado de los anhelos de libertad y cambio
de su pueblo. Calificado en su momento por un
alto funcionario castrista como: "uno de
los más agudos analistas políticos
de la prensa del enemigo", para más
adelante ser conceptuado por la policía
política del régimen como: "el
mejor periodista de partido con que cuenta la
prensa enemiga", Adolfo fue el caballero
hidalgo de nuestro movimiento, creando toda una
leyenda de caballerosidad, gentiliza y virtud.
Vázquez, por su parte, ha conseguido ser
el cubano ideal y el espejo de lo que cada quien
espera de sí y del resto de los cubanos.
Su creatividad y su sentido invencible del humor,
unidos a un valor personal y una testosterona
fuera de serie, le han hecho acreedor del respeto
y el amor de todos. Quizás lo que más
haya irritado a la élite del poder fue
la forma desenfadada en que desnudó desde
sus crónicas al gobernante Fidel Castro.
Inolvidables "Me cansa Fidel Castro...",
"¿Qué hacer con las heridas?",
"Un solo rey". Valiente, jodedor, tierno
y fraternal, se ha hecho un gigante desde la belleza
y verdad de sus crónicas y de su vida.
Vázquez y Adolfo cayeron víctimas
de la última oleada represiva. Fueron condenados
a 18 y 15 años de reclusión, respectivamente.
Desde el salón donde se escenificó
la farsa judicial que los condenó, alzaron
sus voces contra la dictadura. Flotan aún
en el ambiente sus sonrisas inmortales, afirmando
a sus jueces que la dictadura no dispondría
de 18 ó 15 años para mantenerlos
encarcelados.
Así, transidos, leímos con ansiedad
las páginas escritas por Vázquez
desde la prisión, y supimos que Adolfo
anda evangelizando y politizando a la población
penal común, por ver en ella al sector
más castigado por el régimen castrista.
Haciendo honor a sus diferencias, a su manera,
cada uno afirma su amor por Dios, por la familia,
por el pueblo cubano y por la patria. cnet/47
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