ECONOMIA
El dólar, ese enemigo (I)
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org)
- Los aprendices de brujos capitalistas, disfrazados
de sacerdotes del socialismo igualitario en Cuba,
manipulan el dólar para someter las ansias
libertarias del pueblo.
Ese fantasma recurrente de la economía
cubana lleva encima la doble moral del régimen
comunista con su diabólica doble cotización:
mientras el gobierno oficialmente lo equipara
al virtual peso uno a uno, en las casas de cambio
la tasa es de un dólar por 26 pesos, así
como en la real economía de mercado que,
a regañadientes y oculta, controla la vida
del cubano de a pie.
El dólar enemigo ha servido en estos 44
años de desgobierno para cualquier manejo
político. Durante más de treinta
años se acusó de contrarrevolucionario
-y se encarceló- a todo el que se le encontrara
en posesión de dólares si no era
funcionario o estaba autorizado a tenerlos.
En esta época a los cubanos que entonces
recibían remesas familiares, el banco estatal
sólo les entregaba su equivalencia (uno
por uno) en pesos. Los funcionarios del estado
comunista, únicos autorizados a viajar
con frecuencia, sí podían comprar
con dólares, a bajos precios, en las tiendas
exclusivas para diplomáticos extranjeros,
y también guardar en sus casas, entre un
viaje y otro, la peligrosa efigie de George Washington.
Luego de las tímidas e incompletas reformas
de 1994, la moneda enemiga ha servido para las
más increíbles y sucias maniobras,
en el afán del gobierno por apuntalar una
economía genéticamente ineficiente.
Ejemplo de ello son las injustificadas demoras
en las transacciones bancarias, reteniendo por
24 ó 48 horas los dólares transferidos
como remesas familiares a sus legítimos
destinatarios, o "negociando" con los
portadores de tarjetas de débito la entrada
de una parte de la cifra adeudada, con el pretexto
de que no tienen fondos en efectivo, porque a
diario pasa el camión de traslado de dinero,
fuertemente armado, a recoger la "cuota"
recaudada.
En no pocos casos las casas oficiales de cambio
(CADECA), pertenecientes al Banco Central, tratan
de pasar "gato por liebre", pues aunque
están obligadas a pagar en dólares
contantes y sonantes a los dueños de tarjetas,
siempre alegan la falta de la moneda norteamericana
para entregar los inefables "chavitos",
la ridícula moneda cubana equivalente a
divisas o "pesos convertibles".
Lo cierto es que los "chavitos" no
convierten nada, pues con frecuencia el gobierno
los recoge porque, a pesar de su recargado diseño,
constantemente son falsificados. De ahí
la suspicacia de los cajeros de CADECA y de las
tiendas en divisas, alertas siempre ante un billete
de 3 "chavitos" con la flamígera
imagen de Che Guevara, o de sospechosos papeles
con valores de 10 ó 20 pesos convertibles
que esconden ingeniosos arreglos, pero que en
realidad son de a 1. cnet/05
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