SOCIEDAD
Estímulo aleccionador
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org)
- Ser vanguardia nacional en la "emulación
socialista" es gozar de cierto halo de popularidad
dentro del colectivo del centro laboral. Es aparecer
en noticieros televisivos, radiales y en la prensa
plena, convertidos los vanguardias, de la noche
a la mañana, en los super estrellas del
momento. Y significa llevar a los primeros planos,
a nivel nacional e internacional, el nombre de
alguna empresa o el de un mísero cuchitril
donde se fabrican chancletas de palo.
Muchos de estos hombres y mujeres, en su mayoría
gente humilde y llena de necesidades, están
convencidos de que con su abnegación y
esfuerzo ayudan al desarrollo del país,
así como a la forja de un futuro mejor
para su descendencia.
El régimen, como es lógico, para
mantenerlos contentos, y de paso extraerles más
el zumo de su productividad, de vez en cuando
los estimula otorgándoles un efecto electrodoméstico,
algún que otro artículo deficitario,
o algún viaje, con hospedaje y comida incluidos
en algún centro turístico, que como
se sabe, están vedados a los cubanos.
Ese es el caso de Silvia Pérez, la que
por su condición de vanguardia nacional
fue una de las agraciadas este año, al
otorgársele como estímulo un viaje
a la playa de Varadero durante una semana, en
el hotel Villa La Mar.
Pero como una cosa es con guitarra y otra con
violín, la abnegada Silvia y su eufórico
esposo, no bien pusieron sus "proletarios"
pies en los feudos de Don Meliá, comenzaron
a palpar lo que tanto habían escuchado
pero se negaban a creer debido a su fe ciega en
la Revolución: el apartheid turístico.
"Desde que llegamos a Villa La mar comenzaron
las dificultades", relató Silvia.
"En la cafetería asignada para atender
a los nacionales, las ofertas gastronómicas
eran deficientes, tanto en calidad como en cantidad,
así como en variedad y precios. En la mal
llamada mesa buffet, la oferta era prácticamente
sin opciones. Además, había alimentos
en mal estado. El otro restaurante que existe
en la instalación es un rancho aledaño
a la piscina donde hay que reservar con 24 horas
de antelación y, que según se anuncia,
ofrece 20 capacidades en cada uno de los cuatro
turnos diarios. Un día, a pesar de haber
cogido el número cinco en la cola para
hacer la reservación, no pudimos entrar,
pues según la compañera a cargo
de esto, las capacidades que se ofertan a los
cubanos son las que quedan disponibles después
de que los turoperadores de la cadena Isla Azul
reservan para sus huéspedes extranjeros".
Tal vez para el año que viene la abnegada
Silvia, si vuelve a salir vanguardia, opte por
adquirir un televisor Panda, de fabricación
china, en lugar de un viaje a algún paradisíaco
centro turístico, y así al menos
disfrutar en la tranquilidad de su hogar de algún
programa de su gusto, con la seguridad de que
los chícharos que ablanda en la olla, aunque
faltos de condimentos, por lo menos estarán
bien cocinados. cnet/18
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