RELIGION
Responso por el eterno descanso de Ángel Gaztelu
LA HABANA, noviembre - El miércoles
5 de noviembre fue celebrada una misa por el eterno
descanso del sacerdote diocesano Ángel
Gaztelu. La acción eucarística tuvo
lugar en la parroquia del Espíritu Santo,
donde desarrollara su labor sacerdotal en los
últimos dieciséis años de
su permanencia en Cuba. Gaztelu, quien llegó
a la mayor de las Antillas con apenas ocho años
de edad acompañando a sus padres, estudió
en el seminario San Carlos y San Ambrosio de La
Habana y fue ordenado sacerdote a finales de la
década de 1940. Estuvo de párroco
en Bauta, antes de llegar a la iglesia más
antigua de la ciudad, situada en las calles Cuba
y Acosta, en La Habana Vieja. Desde allí
partiría a Miami por problemas familiares
en 1983 para regresar sólo en dos ocasiones
para hacer breves visitas.
Ángel Gaztelu, además de figura
prominente en el mundo eclesiástico, fue
una de las personalidades destacadas en el mundo
de la cultura cubana y uno de los principales
fundadores del movimiento literario aglutinado
en la revista Orígenes. Poeta dedicado
a versar una lírica mística, no
reconocida ni estudiada en la Cuba actual, dejó
para la posteridad una obra que de alguna manera
tendrá que ser reconocida por su aporte
a nuestra literatura.
La Misa, presidida por el Arzobispo de La Habana
y Cardenal Jaime Ortega Alamino, contó
con la presencia del Secretario del Nuncio en
Cuba, el Obispo auxiliar de La Habana Salvador
Riverón y numerosos miembros del clero
diocesano y órdenes religiosas, entre ellos
el actual párroco José Miguel y
los padres paúles Justo Moro y Raúl
Núñez, y varias religiosas de la
orden de Santa Brígida. Entre los presentes
se encontraban algunas figuras destacadas del
mundo de las letras cubanas, como Fernández
Retamar, Cintio Vitier, Fina García Marruz,
integrantes del grupo origenista, así como
miembros de la comunidad parroquial, algunos de
los cuales hacen vida comunitaria en este templo
capitalino desde los tiempos en que Gaztelu era
su párroco.
Una de las personas más emocionadas con
el responso religioso fue el señor Ramón
Junco, quien es conocido como el cuasi párroco
del Espíritu Santo. Con 98 años
de edad recién cumplidos, 88 de ellos relacionados
con la Iglesia y 55 asistiendo como sacristán
y archivero de la parroquia, conoció muy
bien a Gaztelu, pues desde que éste llegó
a Cuba fue vecino del lugar, residiendo en la
calle Santa Clara. A pesar del dolor de saber
que no verá más a su fiel amigo
en esta vida, a través de sus ojos transpiraba
un brillo de alegría por la belleza de
la acción litúrgica dedicada a quien
durante tantos años consagrara la ofrenda
eucarística desde ese mismo altar. Otra
misa tendrá lugar en los próximos
días, también en memoria del sacerdote
fallecido, esta vez en la iglesia de Bauta. cnet/43
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