POLITICA
Embargo pierde 3 por 179, pero el juego no acaba
LA HABANA. noviembre (www.cubanet.org)
- Tres votos más que el pasado año
y nuevamente el tema del embargo de Estados Unidos
contra Cuba se alza como noticia. Las disposiciones
del organismo de las Naciones Unidas presentan
una situación que se hace insostenible,
pues las resoluciones tomadas en su seno no pasan
de la formalidad y la mayoría de las veces
ni siquiera son cumplimentadas.
Israel sigue su política en Palestina
y ya no se sabe el número de resoluciones
tomadas al respecto. La guerra en Irak no pudo
ser contenida al no acatar Sadan Husein las disposiciones
del organismo internacional ni tomar en cuenta
Estados Unidos la falta de apoyo del foro universal
para desatar el conflicto armado. La organización
Periodistas sin Fronteras es desalojada de su
sitio como ONG y el puesto de la presidencia de
la Comisión de Derechos Humanos es ocupado
por Libia.
Mientras el gobierno norteamericano no acata
la votación sobre el embargo, el gobierno
cubano incumple con los aspectos contenidos en
la Carta Universal de Derechos Humanos promulgada
por la ONU. Es el cuento de nunca acabar.
Para unos, el tema del embargo es un tema tan
vital como si de su existencia dependiera de la
existencia de esta medida. Para el gobierno de
la Isla esta nueva sanción de la medida
significa más como signo político
que por el resultado concreto que se pueda lograr.
La inutilidad de la existencia del embargo económico
era remarcada por el régimen de La Habana
hasta 1989 al ufanarse de que el comercio con
Estados Unidos le era indiferente, ya que el 75
por ciento del movimiento comercial de Cuba se
realizaba con el campo socialista y en especial
con la Unión Soviética, mientras
que el resto lo asumían países como
Japón, Canadá y Europa occidental.
Con el derrumbe del Muro de Berlín concluyen
las beneficiosas condiciones de comercio con esa
zona, y el tema del embargo adquiere una importancia
más acorde a la realidad, enfatizándose
la crudeza de tal medida a pesar de que Cuba mantiene
relaciones comerciales con casi todos los países
del orbe.
Paradójicamente en esos momentos de crisis
es cuando van quedando atrás aquellos momentos
en que ni siquiera aspirinas podíamos comprar
en el vecino país norteño. La cada
vez mayor afluencia del dólar estadounidense
hacia Cuba, proveniente fundamentalmente de las
remesas familiares y de un incipiente turismo
a la que se suman ahora transacciones comerciales
directas entre la isla y numerosos estados de
la Unión, entre ellos la Florida, parecen
ser hechos que superan la controvertida utilidad
del embargo. A pesar de su existencia, numerosos
productos de la canasta básica cubana ya
vienen del otro lado del "muro", la
moneda del país bloqueador corre a lo largo
del que permanece bloqueado y el último
episodio de la venta de ganado vacuno hecha por
un granjero floridano resaltan como símbolo
a la ironía de estar siendo Estados Unidos
uno de los principales socios comerciales de Cuba,
a pesar del bloqueo. Ciertamente están
las restricciones bancarias y de libertad de viajes
para los nacionales norteamericanos, pero la actualidad
dista mucho de parecerse a lo que ocurría
en las décadas del setenta y ochenta.
De levantarse el embargo, ¿qué
ocurriría? Sus defensores más recalcitrantes
siguen aseverando que el régimen cubano
se tornará más fuerte y los cambios
hacia la democracia no llegarán a los cubanos.
Los menos escépticos ven con la suspensión
de esta barrera la posibilidad real de los cambios.
Y entre ambas corrientes un grupo que va siendo
cada vez mayoritario que afirma la amoralidad
de buscar los cambios a través de esa medida
y que a pesar de que se logren pasos de acercamiento
entre los gobiernos antagonistas, el pueblo seguirá
necesitando las libertades sociopolíticas
que tiene vedadas en estos momentos.
Por tanto, se impone el cese de los dos embargos
que hoy se enfocan de manera separada: el que
mantiene el gobierno de Estados Unidos contra
el de Cuba y que afecta al pueblo y mantiene el
gobierno cubano contra los ciudadanos del país
con la limitación de las libertades que
son inherentes a todo individuo.
Para los que ven el peligro en unas relaciones
económicas sin restricciones que eviten
o imposibiliten el goce de derechos y libertades
políticas, existen argumentos que parecen
contradecir sus predicciones. En los años
ochenta, considerados por muchos la etapa de mayor
solvencia económica de los cubanos en el
período socialista, fue la época
del crecimiento de las inquietudes sociopolíticas
de los ciudadanos de la isla. En la búsqueda
de libertades culturales y el reencuentro con
nuestra espiritualidad cristiana, muchos cubanos
encontraron capacidad para indagar sobre los contenidos
de la democracia. Esto demuestra que una sociedad
humana precisa de todas las libertades, desde
las más elementales, como la alimentación
y la salud, hasta aquéllas que permiten
la manifestación única e irrepetible
de cada ser. Este es el reto que enfrentan los
poderes totalitarios del mundo y que siempre termina
por imponerse. No importa la calidad del encierro
y las garantías y comodidades que tenga
el encerrado, pues su mirada seguirá fija
en aquello que le falta y que es primordial: la
libertad.
Muchos en Cuba y fuera de Cuba, que promueven
las libertades y derechos que nos corresponden,
coinciden en que la política de embargo
no es correcta y que su cese no concluirá
con los deseos de los cubanos de tener una sociedad
democrática. Es por ello tan importante
el acuerdo tomado en la ultima sesión de
la Internacional Socialista reunida en Brasil
pidiendo el cese de la política de embargo
contra Cuba y el respeto de los derechos humanos
en la Isla. cnet/43
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