La
libertad con los pies
Fuente: Diaro El país (Uruguay).
Tomado de ProCubaLibre,
11 de noviembre de 2003.
CUANDO la Unión Soviética levantó
el Muro de Berlín tratando de impedir que
pasaran a vivir en las zonas administradas por
los países occidentales, no sólo
los alemanes que ocupaban el área dominada
por los rusos, sino también los demás
sometidos que se mantenían detrás
de la Cortina de Hierro, no pudo evitar que miles
de ellos se fugaran caminando, recurriendo a toda
clase de artimañas para escaparse y solicitar
asilo político. En ese momento, para aludir
a los que llegaron a pagar hasta con su propia
vida esa forma de rebelarse contra la dictadura
comunista, se acuñó una frase que
los identificaba diciendo que habían elegido
la libertad con los pies.
Ese acto de barbarie se mantuvo durante 28 años,
desde 1961 hasta 1989, en que la pasión
del hombre por la libertad resultó más
fuerte que el poder de los tiranos, y junto con
las primeras piedras que cayeron del Muro se abrió
a la vez otra posibilidad de vida para aquellos
que habían estado condenados a lo largo
del tiempo a los más variados despotismos.
PARALELAMENTE con el recuerdo de ese hecho, es
penoso comprobar cómo todavía en
el siglo XXI, otros seres humanos, como les ocurre
a los cubanos que no han podido abandonar la isla,
siguen obligados a elegir la libertad con los
pies, disponiendo del asilo político como
único medio para poder vivir en un régimen
democrático, en una situación que
se mantiene desde hace 44 años, cuando
se impuso en el Caribe la dictadura de Fidel Castro.
En ese sentido debe destacarse que la semana pasada,
perdido casi dentro de las tantas noticias distribuidas
por las agencias internacionales, circuló
un pequeño cable informando sobre la decisión
de cinco integrantes del Ballet Nacional de Cuba,
de gira por el Estado de Florida, que habían
solicitado asilo político en Estados Unidos.
Uno de ellos declaró públicamente:
"Comencé a ver cómo vive la
gente alrededor del mundo y lo que la capacidad
de cada individuo puede lograr en una atmósfera
de libertad".
La información no incluyó el nombre
del bailarín, ni aclaraba su edad o indicaba
cómo estaba integrada su familia, lo que
no impide lamentar que en este pedazo de tierra
americano todavía existan quienes recién
hoy, ahora, están en condiciones de conocer
por primera vez lo que se puede conquistar al
amparo de la libertad.
LO que para los uruguayos es una norma de vida,
bajo la cual nacen y mueren, que les ha permitido
incluso liberarse en las épocas de sombra,
para los cubanos, sin embargo, sigue siendo un
régimen desconocido, al que la mayoría
no han podido acceder para dejar de considerarse
como encarcelados perpetuos.
Estos bailarines forman parte de una larga nómina
de víctimas de la dictadura de Fidel Castro,
originarios de los más variados sectores
de actividad, que lograron finalmente hacer efectivo
su propósito superando toda clase de dificultades.
A cuenta de mayor cantidad, se puede recordar,
además, el caso de Guillermo Morales Catá,
de 29 años, el más joven reportero
del Noticiero Nacional de la televisión
cubana, que pidió asilo en Barcelona durante
la Asamblea Anual de la Unión de Jóvenes
Comunistas, luego de criticar la falta de libertad
bajo la dictadura de Fidel Castro y a quien le
confiscaron la vivienda en La Habana como medida
de represalia; el de los 23 jóvenes que
viajaron a Toronto para participar en un encuentro
con el Papa y asistir como peregrinos a la XV
Jornada Mundial de la Juventud y que terminaron
denunciando la represión existente en Cuba,
y el de Alcibíades Hidalgo, de 56 años,
Jefe de Personal en la oficina de Raúl
Castro y ex viceministro de Relaciones Exteriores,
quien desertó a los Estados Unidos diciendo
que había decidido "no ser un peón
más en la finca del doctor Castro".
A ellos puede agregarse el ejemplo de Yoandi
Sánchez Díaz, de 24 años,
funcionario del Ministerio de Ciencia y Medio
Ambiente, que participaba en un Seminario en San
José de Costa Rica y que también
solicitó asilo político invocando
"dos palabras que dejan en claro el régimen
que se vive en Cuba: represivo y totalitario";
el de tres atletas que desertaron durante la realización
del Campeonato Mundial de Gimnasia que tuvo lugar
en California, diciendo: "Estamos escapando
de la opresión política", o
el de otros tres que lo hicieron abandonando los
Juegos Panamericanos que se realizaron en República
Dominicana, debiendo mencionarse, finalmente,
que Cuba encabeza la lista de los diez peores
lugares del mundo para ejercer el periodismo.
SOLIDARIZANDOSE con esos hombres y mujeres americanos,
sería oportuno que los bailarines, los
reporteros de televisión, los jóvenes
católicos, los interesados en la ciencia
y el medio ambiente, los deportistas y los periodistas
uruguayos, así como todos los que aún
siguen seducidos por el fraude de la dictadura
cubana, se liberen del yugo ideológico
de la tiranía de Fidel Castro optando por
la libertad con la cabeza y diciendo, ellos también
como tantos otros: "Hasta aquí llegamos".
A diferencia de los que aún permanecen
prisioneros en la isla, tienen la tremenda e invalorable
posibilidad de hacerlo, ya y sin correr riesgo
sus vidas, por lo que es imperdonable que sigan
despreciando la oportunidad de concretarlo.
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