CULTURA
Harrison no tiene estatua
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org)
- Entre las canciones que disfruto cuando el mundo
parece caerse en pedazos sobre mí, se cuentan
"Happier Than The Morning Sun" de Stevie
Wonder; "If Not for You, de Dylan" y
"El día feliz que está llegando",
de Silvio Rodríguez que, además
de corifeo de los mandamases, nadie discute que
es un excelente compositor.
Pero a quien agradezco la canción más
optimista y alentadora que haya escuchado alguna
vez es a George Harrison: "Here Comes The
Sun" Son incontables las veces que esa canción
casi me ha sacado de la tumba.
Sin contar el fabuloso solo de guitarra, querellado
con Clapton en "While My Guitar Gently Weeps"
o la tremenda nostalgia de "Something",
solamente por "Here Comes The Sun" Harrison
es mi beatle preferido.
Por estos días de noviembre se cumplen
dos años de su muerte, si es que se puede
hablar de la muerte de alguien que para "Brainwash",
su último disco, utilizó, a modo
de exergo, las palabras de Krishna a Arjuna en
el Bhagavad-Cita: "Nunca hubo un tiempo en
que tú o yo no existiéramos, no
habrá ningún futuro en que dejemos
de estar".
Es decir, que el beatle más callado sigue
entre nosotros y seguirá por siempre. Aunque
no tenga estatua o parque con su nombre en La
Habana.
En verdad, la suerte de su colega John Lennon,
convertido en santo de la devoción de los
mismos que lo prohibieron en los sesenta, no es
nada envidiable, excepto por el amor que le demuestran
sus admiradores.
Para millares de cubanos de mi generación
la inauguración del Parque Lennon por figuras
de la cúpula dirigente fue como si pretendieran
robarnos a The Beatles. Si además de los
motivos propagandísticos, la estatua fue
pensaba como un tardío desagravio a las
víctimas de la UMAP y a los que sufrimos
la más estúpida intolerancia, entonces,
como decimos por aquí, no sirvió.
Un famoso autor de canciones del "filin"
se quejó hace algún tiempo, en un
arranque de patriotismo estrecho de miras, de
por qué la estatua a Lennon, que era extranjero,
y no a Benny Moré. O a nuestra gran Celia
Cruz, digo yo, que él no se atrevió.
A la inauguración de ambas espero asistir:
a la de Celia y a la de George. Pudieran estar
en la calle Libertad. Es una sugerencia. cnet/50
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