DESDE
LA CARCEL
"El liderazgo de los 75 en las prisiones es impresionante":
Manuel Vázquez Portal
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org)
- "Veo crecer las simpatías de los
reclusos y de muchos guardias -estos últimos
a sotto voce- por nosotros. El liderazgo de los
75 en las prisiones es impresionante. Al menos
en mi experiencia personal, tanto en Boniato como
ahora en Aguadores. Creo que hemos pasado de pretendidos
"mercenarios" a auténticos adalides.
El pueblo esperaba este momento, ya tiene una
guía, intuyo que ya nadie podrá
detenerlo", señala el poeta y periodista
Manuel Vázquez Portal, condenado a 18 años
de prisión, en carta a su esposa desde
la cárcel:
Cárcel de Aguadores, 24 de septiembre,
2003
Sra. Yolanda Huergo Cedeño
Puchita:
Parece ser que la única descompensación
notable, y advertida hasta ahora, que me dejó
como corolario la huelga de hambre fue cierto
desequilibrio en la presión arterial. Se
mantiene entre 110 con 170 y 100 con 160. Pero
también es posible que no sea resultado
del ayuno sino del apetito, diríase voraz,
que se me ha despertado. Estoy comiendo como una
nutria. Otro factor de incidencia puede ser la
cafeína, bebo mucho café. No sé,
puede ser cualquiera de estas cosas. En todo caso
no le ha dado importancia porque no me siento
mal por ello, no te preocupes tú.
La huelga no hizo más que verificarme
mi capacidad de resistencia y mi salud a prueba
de castroenteritis y otras plagas. Cuando la detuve
todavía tenía fuerzas para otros
diez días, sin que se produjeran daños
notables en mi organismo. Parece ser que el Espíritu
Santo me alimentaba. Fueron días difíciles.
Cuando renuncié a la alimentación,
me privaron también de todas mis pertenencias
-incluyendo toalla, jabón, cepillo y pasta
dentífrica-, dormí todos esos días
en el piso de una celda sucísima -solamente
en calzoncillos- atacado por los insectos y rodeado
de un brote enorme de conjuntivitis que asolaba
el penal completo. Hubo días en que los
infectados sobrepasaban los 150. Dios quiso que
saliera ileso.
Me mantengo sobre los 54 kilogramos de peso.
Me siento ágil y fuerte. La hora que me
otorgan de patio la uso en la ejercitación:
corro, hago gimnasia y otros ejercicios de construcción
y fuerza, los más jóvenes se asombran
de mi elasticidad y resistencia. Estoy hecho todo
un gallito de pelea. Lástima que aquí
no tienen equipamiento deportivo. Toda la ejercitación
tienes que improvisarla a partir de imaginación:
el enrejado de cabilla del patio lo convierto
en "Hércules" de calidad incuestionable,
lo demás, ejercicios de manos libres: abdominales,
cuclillas, rotaciones de miembros, plancha; eso
basta para estar en forma; si siento algún
"cancaneo" -extrañísimo
que ocurra- ha de deberse al medio siglo de uso
de esta carrocería maltratada por 44 de
soyalismo.
No sé si Gabriel haya recibido la carta
que le envié hace unos días. Le
eché un buen raspapolvos, creo que eso
será suficiente. Él y yo nos comprendemos
bien. Pero me cuesta mucho ser severo con él,
me reconozco -ah, infancia perdida- en sus gestos,
sus desplantes, su audacia, su temeridad, su fortaleza
de carácter, su carencia de temores, su
lengua restallante. Cuando lo amonesto siento
nacer al niño reprobado por los adultos
sin comprensión del universo infantil;
y veo nacer esa rebeldía que también
descubro en él. Difícil tarea la
de educar a un "rebencú". Ahora
comprendo mejor a la vieja Eva y al viejo Manolo,
sólo que ellos no se andaban con tantos
escrúpulos ni psicologías, una buena
correa era su mejor instrumento pedagógico.
En el Eclesiastés también se habla
de la correa como medio educativo, pero no sé,
no lo creo eficiente, ni digno, ni moral. Si los
niños pudieran enfrentar a sus padres abusadores
con igual fuerza, destreza y rabia cuando son
agredidos por ellos, creo que los padres lo pensarían
dos veces, pero resulta más fácil
reprimir con fuerza bruta que persuadir con inteligencia
y amor. Yo quiero ser amigo de mi hijo, y toda
agresión física o moral invalida
la amistad. Un hijo es, al menos para mí,
algo así como un regalo muy preciado que
nos otorga Dios para que nuestra estirpe permanezca.
Me parece, además de inmoral, sacrílego,
maltratar a un niño, forzarlo a trabajos
a destiempo o involucrarlo en política.
La familia, la sociedad entera ha de entender
que los niños son el tesoro más
valioso y a la vez frágil que poseemos.
Nadie mejor que tú para entenderme porque
sé cuánto amas a Gabriel.
Estoy confrontando problemas con el uso del teléfono.
Parece que los señores de la "Seguridad
del Estado" no dejaron las orientaciones
precisas a la dirección del penal, y éstos,
aterrados, no se atreven a autorizarme las llamadas.
Ni que fuera yo el encargado de dar la orden de
ataque nuclear. Percibo mucho miedo por parte
de las autoridades en relación con nosotros,
parece que no somos tan insignificantes como quieren
hacerle creer al pueblo. Por otra parte, veo crecer
las simpatías de los reclusos y de muchos
guardias -estos últimos a sotto voce- por
nosotros. El liderazgo de los 75 en las prisiones
es impresionante. Al menos en mi experiencia personal,
tanto en Boniato como ahora en Aguadores. Creo
que hemos pasado de pretendidos "mercenarios"
a auténticos adalides. El pueblo esperaba
este momento, ya tiene una guía, intuyo
que ya nadie podrá detenerlo. Es la hora
grande de Cuba, nos amaremos al fin, sin tiranía.
Tuyo
Yo
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