SOCIEDAD
El bisté
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org)
- Ayer en mi casa tuve una agradable sorpresa.
Sin preámbulos, me sirvieron un bistec.
No era un bistecito, era un bistec de vacuno,
gordo, grande, jugoso y blandito.
No pregunté de dónde había
salido, aunque recordé el cuento del marido
a quien la mujer engañaba con un carnicero
y todos los días le ponían carne
a la mesa y él no preguntaba absolutamente
nada. Hasta que un buen día el carnicero,
intrigado por la situación, le dijo a la
mujer infiel: "Ponle huevos fritos en el
almuerzo a ver si reacciona".
La mujer, como también estaba intrigada
con la actitud de su esposo, hizo lo que el amante
le sugirió.
Cuando el esposo engañado vio lo que le
sirvieron ese día, dijo airado: "Oye,
¿tú crees que esto es comida para
alguien a quien le pegan los tarros?"
Ya en Cuba esos riesgos no existen porque en
las carnicerías -que no son carnicerías-
hace mucho tiempo que no hay carne. Ahora esos
establecimientos se utilizan para la venta de
huevos, que en La Habana son 8 mensuales por persona,
y en otras ciudades un poco menos; para la venta
de un pedacito de pollo por la libreta de racionamiento
que, a veces, cuando es un buen ciclo, es una
vez al mes; o para la venta de una libra de pescado
por persona que se vende nadie sabe cada cuánto
tiempo.
Así que este bistec sólo pudo haber
salido del mercado dolarizado o del mercado subterráneo.
En el dolarizado la libra de carne de vacuna para
bistec cuesta 9 dólares -y no siempre hay.
Eso corresponde al salario promedio mensual en
Cuba. Y en mi casa no hay dinero para eso. Así
que dejé fuera de inmediato la posibilidad
de que esa carne hubiera llegado a mi mesa vía
shoping.
Como nada más quedaba una sola opción,
para no tener cargo de conciencia saqué
de mi mente la posibilidad de que me estuviera
comiendo un pedacito de una vaca, un buey o un
toro de algún campesino que hubiera sufrido
el hurto de uno de sus animales.
Decidí pensar que ese buen bistec salió
de algún matadero estatal y que fue escamoteado
de la mesa de algún sub-jerarca o jerarca
gubernamental o de algún turista.
Que me disculpen los vegetarianos por esta especie
de "Oda al bistec", pero qué
rico estaba ese bistec.
Nota: Me acaban de anunciar que todavía
me corresponden dos bisteces más. ¿Se
escribe bisteces o bisteques? Hace tanto rato
que no me empataba con esa carne roja que no recuerdo
su ortografía. Pero de todas formas, esa
noticia me parece formidable
Otra nota más: Todo lo que dije aquí
sobre ese bitec es ficción. En Cuba, por
asegurar que eso es verdad puede uno ser presentado
ante los tribunales que, aunque no son de la Inquisición,
te mandan con una facilidad tremenda a morir día
a día a la cárcel. cnet/13
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