PRENSA INDEPENDIENTE
Noviembre 6, 2003

POLITICA
El debate sobre los viajes a Cuba

LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - Tanto en el exilio como en el interior de la isla se ha desatado un apasionado debate sobre el levantamiento de la prohibición de los viajes a Cuba por parte de ciudadanos norteamericanos. Unos dicen que es absurdo no permitir a los norteamericanos visitar a nuestro país, ya que los turistas verían la realidad en que vive el pueblo cubano y los cubanos podrían intercambiar información sobre el vecino del norte. Los que están en contra de que se legalicen estos viajes señalan que el régimen cubano sería apuntalado con una oxigenación a su economía proveniente de los dólares que aportarán los viajeros.

Mientras se espera por la decisión del mandatario estadounidense, los debates y encuestas se suceden, basándose en las opiniones expresadas por figuras de la disidencia externa e interna, entre otras personalidades. Pero la realidad se impone y hay algo verdaderamente complejo en la decisión que posibilitará o no la puesta en vigencia de la ley. Por un lado, resulta paradójico pedirle a las leyes de Estados Unidos que impidan la libertad de circulación de los ciudadanos de aquel país, por el simple hecho de estar Cuba bajo la dirección de un gobierno totalitario. Hay que preguntarse cómo se resignarán los norteamericanos a que les limiten sus derechos en ese sentido, mientras los emigrantes cubanos que viven en varios estados de la Unión, fundamentalmente en la Florida, visitan su país de origen y envían remesas familiares que para muchos hoy constituyen la base fundamental del sustento de la economía cubana.

Hay que interrogarse si la afluencia ilimitada de turistas norteamericanos a la mayor isla del Caribe cambiará en algo la situación socioeconómica de su pueblo y si lo hace, de qué manera será esa influencia. Se requerirá en primer lugar una inversión mayor en todos los renglones que permitan una mejor atención de la avalancha de exigentes visitantes del cercano Norte. Si verdaderamente esa entrada resulta un torrente incontenible, también difícil resultará el control del movimiento de tantas personas por el territorio nacional, y el vínculo con miles de isleños será inevitable. El intercambio de opiniones y mutuo conocimiento será cada vez mayor. De alguna manera estos contactos contribuirán a derribar estereotipos creados tras largos años de aislamiento y confrontación ideológica.

Es bueno recordar que el estatus de nación más favorecida en las relaciones con Estados Unidos no impidió el desarrollo de los cambios en Polonia y que aquel país fuera el puntero de la transición en los países del desaparecido campo socialista de Europa. Lo mismo ocurrió con el tirano Ceaucescu, quien a pesar de fomentar la amistad con Estados Unidos y manejar las relaciones con ese país de manera favorable no pudo impedir que los rumanos lo derrocaran para recuperar sus libertades. De igual forma los miles de turistas estadounidenses antes de 1959 no fueron óbice para que se entronizara el gobierno revolucionario que dio al traste con la dictadura de Batista. ¿Puede entonces argüirse que por el hecho de recibir millones de dólares se puede mantener un estado de opresión sobre un pueblo, en este caso el cubano?

Creo que de aprobarse la ley sobre las visitas de ciudadanos de Estados Unidos a Cuba se derrumbará uno de los grandes mitos que posibilitan el estado de inmovilismo que se opone al cambio necesario en la Isla. El gobierno utiliza el argumento del peligroso vecino que nos amenaza con su poderío y con el bloqueo que asfixia nuestra economía. Pero en Cuba ya se venden productos y medicinas producidos en territorio enemigo. El comercio directo entre ambas naciones es cada vez más factible. La moneda maldita circula por todo el país, como nunca antes. Ahora el turismo capitalista, otrora indeseable, resulta bienvenido por todos en el paraíso socialista caribeño. ¿Hasta cuándo podría el gobierno seguir hablando sobre las amenazas del acechante adversario?

El equilibrio habría que buscarlo en la posibilidad de que también los cubanos puedan viajar a otros países, incluyendo Estados Unidos. cnet/43



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