SOCIEDAD
Hogar y paz para Idanis
LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - Estos
son los recuerdos de una familia que, luego de
veinte años pidiendo al gobierno por una
casa tiene que resistir las presiones más
despiadadas de un sistema totalitario.
Idanis del Rosario Martínez Martín,
de 40 años, ha pasado la mitad de su vida
en correrías infructuosas para que se cumpla
su supuesto derecho a una vivienda. Su caso es
uno de los problemas sociales más antiguos
del municipio de Regla.
En 1983 Idanis acudió a la oficina de
Bienestar Social por necesidad de vivienda, debido
a que sus recursos sólo le alcanzaban para
mantener a su hija recién nacida.
A partir de entonces, Martínez Martín,
esperando y esperando, pasó más
de una década arrastrada de un barrio a
otro de Regla buscando dónde vivir. Alquiló
en varios lugares y otras veces vivió en
casas muy hacinadas de amigos o familiares. Y
en no pocas ocasiones terminó durmiendo
en una terminal de ómnibus.
Ella ha apelado a las autoridades municipales
y nacionales buscando una solución que
no encontró. La respuesta era siempre la
misma: "Espera un poco".
En una ocasión escribió a la Dirección
Provincial de la Vivienda, y la respuesta de que
darían terminación al caso no se
hizo esperar. Cuando parecía que iban a
resolverle el problema, surgió otro. El
expediente inicial donde se archivaba su caso
desapareció de la Dirección Municipal
de la Vivienda en Regla. Hubo entonces que confeccionar
nuevos documentos, tarea difícil, pues
las personas que lo autorizaron ya no trabajaban
en la institución.
El asunto se dilató. En los noventa la
apropiación ilegal de locales por la carencia
de viviendas para una población que crecía
y las ventas consideradas ilícitas se encontraban
en su apogeo, pero Idanis, pese a su necesidad,
no participó.
En cambio, viendo cómo muchos lograban
un techo por dinero y por "socialismo",
y su sueño se hacía cada vez más
distante, denunció ante las autoridades
las arbitrariedades que se llevaban a cabo con
cierta impunidad. La titular de la Vivienda terminó
por ser expulsada.
Aún así, Idanis seguía sin
un lugar donde vivir.
Un día, Idanis asumió con sobriedad
y valentía su derecho. Era principios de
septiembre del pasado año en plena temporada
ciclónica. Ella, su hija, la nieta, y otro
hijo de 14 años se refugiaron en el sótano
de un edificio de la calle Agramonte, de Regla,
y decidieron permanecer esperando las consecuencias.
En efecto, pasado el peligroso temporal, la familia
sufrió ese mes una agresiva amenaza de
desalojo. Presentes estaban el Departamento Técnico
de Investigaciones (DTI), la Policía Nacional
Revolucionaria, trabajadores del Poder Popular
y testigos del CDR, entre ellos el delegado de
la circunscripción del Poder Popular, que
hizo todo lo posible por sacarlos de allí.
En un estado de desesperación y agonía,
Idanis amenazó a los presentes con acabar
con sus vidas. "¡Primero muertos antes
de complacerlos!"
Desde entonces Idanis y su familia permanecen
ilegales en dicho sótano, sufriendo presiones
y acoso de todo tipo.
Las autoridades, en lugar de solucionar el problema,
agravaron más la situación. Retiraron
la electricidad y el agua. Para colmo, la familia
no tiene libreta de racionamiento por no tener
una vivienda. también tienen que conformarse
con un carnet de transito que limita sus derechos
y confiabilidad.
Hará unos meses un nuevo director de la
Vivienda se solidarizó con la situación
de la familia, e hizo gestiones para legalizar
su ocupación del local. Pero cuando el
problema parecía resolverse al fin, surgió
otro. Quitaron al director, en sustitución
del subdirector, y todo volvió a sus inicios.
Pero aquí no acaba todo. No sólo
la madre, también sus hijos son victimas
de esa coraza de torpezas que les impone el sistema.
Geisy, su hija mayor, quien había estudiado
gastronomía, fue expulsada del trabajo
porque su madre no comparte las ideas del gobierno.
Mientras su hermano Junior, casi fue enviado a
un centro de reeducación de menores, entre
delincuentes. Y todo por quitarle la potestad
de la madre aludiendo las autoridades que el niño
no tiene la atención debida de la progenitora.
Nada más falso en una madre que adora a
sus hijos por encima de los "neutrales y
los neutrones". cnet/20
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