El Nuevo
Herald, febrero 26, 2003.
Pablo Alfonso. El Nuevo Herald, febrero 26, 2003.
El cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de La Habana, abogó por
urgentes cambios económicos y sociales que ofrezcan a los cubanos ''la
esperanza de poder alcanzar con serenidad un futuro mejor en su propia Patria'',
en una contundente carta pastoral
publicada el lunes.
En el documento titulado No hay Patria sin virtud, Ortega hace una
abarcadora reflexión sobre los temas más candentes de la sociedad
cubana, señalando que "faltan en Cuba propuestas que levanten el ánimo
y acrezcan la esperanza''.
''Muchos hermanos nuestros se vuelven a la Iglesia en Cuba pidiendo una
palabra de futuro, porque existe en el pueblo cubano un temor difuso y
generalizado al porvenir: ¿cómo se desenvolverán los
acontecimientos en nuestra nación?, ¿habrá una mejoría
de nuestras condiciones de vida?, ¿se alcanzará la reconciliación
entre todos los cubanos?'', señaló Ortega en el documento de 12 páginas.
''Es hora de pasar del Estado justiciero, que exige sacrificios y ajusta
cuentas, al Estado misericordioso, dispuesto a tender una mano compasiva antes
que a ejercer controles'', expresó el Cardenal cubano, utilizando un
inusual lenguaje directo.
La carta pastoral fue difundida
durante una velada cultural celebrada en el Seminario San Carlos de La Habana,
en conmemoración del 150 aniversario de la muerte del presbítero Félix
Varela.
''Hubo un panel presidido por monseñor Carlos Manuel de Céspedes,
una actividad artística y se presentó oficialmente la pastoral a
la prensa y a los asistentes'', afirmó Orlando Márquez, portavoz
del Arzobispado de La Habana, en conversación telefónica con El
Nuevo Herald. ''Se han impreso varios miles de ejemplares que ya se están
distribuyendo a través de las parroquias'', añadió.
Ortega atribuyó al sistema económico existente situaciones
''que hacen difícil la vida de la familia'' y obligan a los cubanos a
abandonar la isla.
''La falta de confianza de muchos en una posibilidad de mayor holgura económica
sin sobresaltos y angustias los lleva a emigrar del país por cualquier vía'',
indicó el Cardenal. ''La desesperanza es hoy la primera causa de emigración'',
subrayó.
Ortega se refirió a la crisis moral que atraviesa la sociedad cubana,
que afecta principalmente a los jóvenes, reflexionando en especial sobre
temas como el aborto, el divorcio, el amor libre y la drogadicción.
''La extensión del uso de drogas en gran parte del mundo, ahora también
en Cuba, tiene sus promotores en delincuentes perversos, pero sus mejores
aliados son la falta de sentido para la vida, el derrotismo y una postura ante
el mundo habitualmente débil por parte de jóvenes y adultos'',
expresó.
La ccarta pastoral se produce
en momentos en que la figura del padre Varela está directamente vinculada
a un proyecto opositor que lleva su nombre y aboga por cambios políticos
en la isla, aunque el propio Ortega ha reiterado que la misión de la
Iglesia no es la de respaldar determinadas opciones políticas.
''Es necesario que el cubano viva en un clima de confianza que le permita
pensar en un proyecto posible de vida personal y familiar y no pierda la
esperanza de poder alcanzar con serenidad un futuro mejor en su propia Patria'',
agregó el Arzobispo de La Habana.
El documento recordó que ''aunque la escuela y los cuidados de salud
son gratuitos, los salarios no se ajustan en general al costo de la vida'', y
criticó los límites impuestos por el sistema a la iniciativa económica
privada en la isla.
''¿Por qué no se puede dar un mayor margen de participación
a la iniciativa personal y familiar de forma legal?... Es el mejor modo de
evitar la corrupción'', indicó el Cardenal.
La carta del Arzobispo de La Habana es el documento pastoral más crítico
y reflexivo escrito sobre la situación nacional, desde que la Conferencia
de Obispos Católicos de Cuba publicó en 1993 ''El amor todo lo
espera'', un análisis que provocó airadas reacciones en círculos
gubernamentales.
Haciendo referencia a los cinco años de la visita del Papa a Cuba,
Ortega lamentó que la Iglesia, a pesar de que ha ganado ciertos espacios
de libertad desde entonces, siga sin tener acceso a los medios de comunicación,
controlados por el gobierno, ni pueda abrir colegios católicos.
''La ausencia de la escuela católica en Cuba es siempre una espina en
el corazón de la Iglesia'', aseguró el cardenal, señalando
que es necesario ''educar a los jóvenes para la libertad'' para que "aprendan
a pensar''.
Documento
No hay patria sin virtud /
Cardenal Jaime Ortega Alamino
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