CULTURA
Reinaldo Arenas de nuevo en prisión
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org)
- El escritor cubano Reinaldo Arenas ha vuelto
a la prisión. Esta vez a una de sus más
odiadas cárceles, de la que ya había
huido una vez en una precaria embarcación,
junto a otros fugitivos, la Cuba comunista.
El Caimán barbudo, que no es el sobrenombre
de nadie, pero sí el de una revista cultural
defensora del régimen de La Habana, le
ha encarcelado entre sus páginas creyendo
rendirle un homenaje que Arenas nunca hubiera
deseado.
En su última edición de septiembre-octubre,
el escritor Gabriel Pérez califica, desde
su pequeña celda literaria, de "polémica
y controvertida" a la literatura de Reinaldo.
Y entrevista a Oneida, la madre, quien guiada
por el periodista, cuenta la historia oficial.
Es decir, la de un escritor resentido y áspero
por naturaleza propia, sin mencionar una palabra
de la persecución y el hostigamiento que
sufrió en Cuba, hechos denunciados a la
Sordera Internacional y la ONU.
También se menciona en al trabajo la inconformidad
y tristeza de Arenas con cada ciudad que lo acogió.
Pero no se aclara que ello era el resultado de
una rabia de fondo que todo exiliado lleva a cada
ciudad que llega. El dolor por una ciudad que
es fantasma, que nunca es la misma y la extrañeza
de no sentirse de ningún lado son razones
suficientes para odiar este mundo y su prole.
¿Habría que interpretar esta resurrección
como una "necesidad de libertad" de
los escritores de la Isla que desean, aunque sea
a cuenta gotas, levantar la censura sobre los
escritores malditos de la literatura cubana?
Imposible. Todo va de acuerdo a la estrategia
del sistema y su "arquitecto", quien
desea borrar la imagen de la última orgía
de muertes y cárceles. Y nada mejor para
ello que un escritor anticomunista, pero también
crítico del gobierno de los Estados Unidos
y sus instituciones. Un negocio redondo donde
la apariencia dice que todo es lícito menos
la componenda con los yanquis.
Quien haya leído las obras de Reinaldo
Arenas sabe que no hay nada más lejos de
la verdad. Si bien fue un crítico del país
que lo acogió, alababa su tolerancia y
respeto para con los otros. Lo único que
lo hubiera insultado y hecho patear hasta rabiar
hubiera sido verse publicado en una revista del
sistema que tanto odió.
¿Podrá escapar Reinaldo de esta
prisión? Difícilmente lo logre,
como no lo han logrado el escurridizo Lezama y
el frágil Virgilio. Ellos yacen mutilados
en los libros que hoy se editan por doquier y
nos lanzan miradas lastimosas desde viejas fotos
profanadas. ¿Le tocará a Reinaldo
la misma suerte? De nosotros depende. Todo está
en que intentemos ser libres como él ya
lo fue una vez. cnet/32
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