PRENSA INTERNACIONAL
Agosto 28, 2003

Ramiro de regreso

Reinaldo Bragado Bretaña. Diario Las Américas, 26 de agosto de 2003.

El regreso del comandante histórico Ramiro Valdés al escenario político cubano es el indicador de que "la cosa está muy mala", como se diría en la isla. Recuerdo la época de 1980 cuando se produjo el puente marítimo Mariel-Cayo Hueso. El ministro del interior en ese momento era el médico Sergio del Valle -también comandante- y de inmediato fue sustituido por Ramiro para que controlara la situación. Ya sabemos lo que hizo: represión en gran escala. Sacó a los jenízaros a la calle y comenzaron a patear, golpear y asesinar. En esa época se acuñaron los tristemente célebres actos de repudio. Aquí, en nuestra ciudad, hay miles de víctimas de esa modalidad represiva. Ramiro, hombre de costumbres oscuras como es conocido por la población, fue el artífice que impidió que la "revolución" se fuera por el retrete en aquellos días duros para el dictador Fidel Castro. Debo apuntar que Ramiro, si bien es histórico, no es comandante. Recuerden que durante la lucha de las guerrillas de Castro contra el régimen de Fulgencio Batista se produjeron sólo escaramuzas. Y de una escaramuza no puede salir un comandante. Esos grados que Castro repartió alegremente entre sus secuaces constituyen una de las falsificaciones históricas de nuestro país que algún día habrá que aclarar.

Ahora Ramiro regresa al escenario, igual que el otro comandante, Eloy Gutiérrez Menoyo al que, no sé por qué razón, lo entrevistan los medios de prensa como si fuera parte de la oposición interna de Cuba y, al hacerlo, lo igualan con la oposición legítima e independiente de la dictadura. Esos errores de información son responsables de muchos de los fantasmas que se han creado a lo largo de esta lucha difícil y dolorosa.

¿Qué puede hacer o qué va a hacer Ramiro? O tal vez mejor: ¿por qué "la cosa está mala" hasta el extremo de que lo llamaron de regreso para que tomara el mando de la picana? Podemos aventurar algunas respuestas.

Recuerden lo que dicen los fumigadores profesionales: si usted ve una cucaracha en su casa, significa que hay cientos. Pues bien, si usted pudo ver en televisión un desmayo de Castro, sabe Dios cuántos se han producido en la oscuridad. Ahora bien, los miembros del círculo más cercano al dictador -que incluye a los comandantes históricos- sí saben cómo anda de salud el dictador. ¿Y si se les muere de forma repentina? No se puede esperar a que eso suceda para tomar medidas, por tanto, las toman desde ahora. Creo firmemente que el regreso de Ramiro al mando indica, en primer lugar, que Castro no está bien de salud y, en segundo lugar, que la situación interna es suficientemente explosiva como para constituir una amenaza para la dictadura. Además, el círculo de poder en Cuba sabe que ahora -a no ser que llegue a la Casa Blanca una administración más suave- no puede repetir la apertura de una válvula de escape gigantesca como la del Mariel. Así que hay que lidiar con la presión de la olla con los recursos internos, es decir, con la represión de la cual siempre ha hecho gala el "comandante" Ramiro.

Una de las cosas que va a hacer Ramiro es tratar -y digo tratar- de aniquilar la oposición. Ya sabemos que eso no es posible y que todos los intentos de hacerlo terminan en la multiplicación de los grupos. Lo que sí va a suceder es que las cárceles se van a llenar y posiblemente construya más. Los chequeos en las calles de las ciudades, sobre todo en La Habana y las capitales de provincia, serán tan rigurosos que prácticamente los cubanos vivirán bajo un estado de excepción policial, el mismo que sufren ahora pero más intenso.

¿Cuál va a ser la reacción de la población? Unos tratarán de escapar aunque saben que sólo lograrán su objetivo si llegan con los pies secos a Estados Unidos. Otro crearán los mecanismos lógicos de supervivencia, se enclaustrarán con los medios que tengan en espera de tiempos mejores. Lo que cabe esperarse es que el histórico Ramiro cometa algún error. Un maleconazo, con algunos muertos en las calles -y ése sería el error-, puede ser un peligroso detonante. También veremos -y pueden apostar- algunos asilos notorios de miembros de la nomenclatura castrista que ven como algo peligroso para sus pellejos la presencia de Ramiro.

Nos esperan muchas sorpresas en estos días finales de Castro cuya desaparición, por la variante natural, es algo que puede estar pasando en los mismos momentos que escribo este artículo. El regreso del "comandante" Ramiro es un buen síntoma y apunta hacia lo que lamentablemente siempre he señalado: el cambio en Cuba va a ser violento y la violencia será desatada por los personeros de la dictadura.


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