Los
motivos de Eloy
Nicolás Pérez Diez-Argüelles. El
Nuevo Herald, agosto 10, 2003.
Me ha molestado profundamente que cada vez que
se ha referido a la disidencia en Cuba, Eloy Gutiérrez
Menoyo la acusa de estar a las órdenes
de la embajada norteamericana en la Isla. El se
olvida de que en Isla de Pinos el castrismo nos
acusaba a todos los presos políticos, incluido
él, de ser instrumentos del gobierno norteamericano.Y
hoy Eloy se ha convertido en disidente. Daría
cualquier cosa por escuchar su primera conversación
con Gustavo Arcos, Vladimiro Roca, Elizardo o
Payá, a ver qué explicaciones les
da de su postura atacando a una disidencia que
es tan cubana como las palmas. Por lo demás,
Eloy dijo desde el aeropuerto de Rancho Boyeros,
despidiendo a su mujer e hijos que regresaban
a Miami, que él se iba a quedar en La Habana
para hacerle oposición al régimen
comunista de la Isla.
Y su posición hay que observarla desde
lejos, con atención, porque es una táctica
que muchos debemos comenzar a barajarla como opción
real. Por otra parte, aquí sólo
pueden suceder dos cosas.
La primera es que Eloy pactó de nuevo
con la revolución cubana. Muy sencilla
la negociación. Al ex jefe del Segundo
Frente Nacional del Escambray le conviene porque
se convierte desde el punto de vista internacional,
sobre todo en Europa, en una opción importantísima
al castrismo. Y a las cabezas pensantes de la
revolución cubana que son muchas pero que
no tienen poder real, técnicamente también,
porque pasa a la página número 24
en el New York Times, Le Monde y Der Spiegel el
salvajismo castrista con disidentes y periodistas
independientes, y pasa a primera plana el permiso
que le da La Habana, que no es tan mala como se
piensa en Miami, al primer exiliado y opositor
pacífico que regresa a la Isla, signo de
una inminente apertura. Y esto pudiera ser la
realidad si no fuera porque Fidel conoce el mesianismo
de Eloy, y sabe, que si le da un espacio político
en un apartamento de 1000 pies cuadrados en el
Vedado, cerca de la Calle Línea, puede
buscarse un problema más temprano que tarde
porque el tipo en el dominó político
es de los que les gusta forzar la ficha. Y es
que ya lo dijo con mucha cordura y cinismo Max
Lesnik en el libro de Manuel Vázquez Montalbán
Y Dios entró en La Habana: ``Menoyo a veces
produce la impresión de que espera que
lo de Cuba se resuelva mediante el diálogo
entre dos comandantes: Fidel y él''.
La segunda posibilidad muy real, y hacia ella
me inclino, es que Eloy con su mente fija en su
ombligo, sin contar con Dios ni con el diablo,
y créanme, su osadía de firmar cheques
políticos sin fondos carece de límites,
quizás haya tomado la decisión de
quedarse en Cuba sin pactar, a su propia cuenta
o riesgo. Y entonces, todo queda en manos de los
humores de Castro: o lo lanza a que se pudra en
una cárcel, o lo envía atado de
pies y manos a Miami en el primer avión,
o ve qué provecho político puede
sacarle al ex jefe del Segundo Frente Nacional
del Escambray. Y si de especular se trata, esto
debemos matizarlo con un incidental: Castro, que
es el único que puede tomar la última
decisión en este engendro porque es de
carácter personal, desprecia profundamente
a Eloy Gutiérrez Menoyo.
De cualquier forma, el movimiento que se acaba
de producir en el tablero del ajedrez cubano es
interesante: se ha pasado de la retórica
a la acción, tiene un gran peso porque
es mucho lo que arriesga parte y parte. Eloy puede
ir a parar a la cárcel de nuevo. Y Castro
enfrenta la posibilidad de que 1,000 exiliados
manifiesten su deseo de ejercer el sagrado derecho
de regresar a la Isla a hacer oposición
pacífica, con lo cual se le pondrían
las cosas bien difíciles para mantener
el control absoluto de la nación cubana.
En fin, se ha desatado el avispero. Y todos opinan.
Unos con cordura invitan a esperar los próximos
días a ver qué pasa, otros como
nuestro representante federal Lincoln Díaz-Balart,
con una alta dosis de mal gusto ha acusado a Eloy
de comunista. Y es que a Menoyo, con una gota
de imaginación, se le pueden hacer acusaciones
mucho más graves sin caer en la difamación.
A mí estas circunstancias tan oníricas
me recuerdan una entrevista que tuve con el Gallego
hace muchos años, a los pocos días
de llegar él de Cuba. Discutíamos
en una casa de Miami Springs de todo lo humano
y divino, y de pronto me comenzó a hablar
del Asalto a Palacio, y con una indignación
sin límites me dijo que la figura principal
del 13 de Marzo de 1957 no debió haber
sido jamás José Antonio Echeverría,
sino su hermano Carlos, y que aquello había
sido una traición (sic). Aquel día
supe que en ocasiones Eloy es capaz de alucinar.
Como consecuencia, si me preguntaran hoy por
qué Menoyo se quedó en La Habana,
y a qué personaje de la antigüedad
me recuerda este ex comandante de la revolución
cubana que en ocasiones parece cabalgar hidalgo
y bravo en su Rocinante por las llanuras de La
Mancha, diría que a Eróstrato, ciudadano
ateniense que una mañana se levantó
de su lecho y descubrió con profunda indignación
que sus coetáneos habían dejado
de hacerle caso, no lo saludaban, no lo trataban
con el debido respeto, no escuchaban sus puntos
de vista ni sus consejos. Y con tal de no seguir
pasando inadvertido, Eróstrato tuvo el
valor y la osadía de prenderle fuego al
Templo de Diana en Efeso. Algo parecido a esto
ha hecho ahora Eloy, ¿y quieren que les
diga algo?...le deseo suerte.
Escritor cubano residente en Miami.
vitameal@yahoo.com
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