SOCIEDAD
Ciclistas
en peligro de extinción
LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - Uno de
los efectos más traumáticos del
llamado Período Especial en Tiempo de Paz
fue la crisis del transporte en que se sumió
la sociedad. El país consumía en
los años precedentes hasta 13 millones
de toneladas de petróleo anuales y traía
del llamado "campo socialista" todo
el equipamiento para la transportación
humana y de carga.
Con la caída del Muro de Berlín
todo se vino abajo. En 1993 circulaban menos de
la mitad de los autobuses que había en
1989 y los viajes se redujeron casi a la cuarta
parte en el mismo lapso. La solución se
encontró en incrementar el uso de la bicicleta
como medio de transporte individual para los que
dependían de los medios de transporte colectivos.
Así, el 8 % de los 2,2 millones de habitantes
de la capital habanera se trasladaban diariamente
hacia sus destinos en ciclos que el estado vendía
a precios subsidiados, importados de la República
Popular China. Según cifras oficiales en
todo el país, de poco más de 11
millones de habitantes, hay tres millones de bicicletas,
de ellas un millón en la capital del país.
Hoy por hoy, esa cifra parece algo inflada. Decir
que en La Habana hay una bicicleta cada dos y
pico habitantes es festinado, porque, ¿dónde
están esas bicicletas? Las imágenes
de las calles atestadas de esos medios, que recuerdan
a Pekín y Hanoi de los años 70,
ya son cosa del pasado. La densidad de los ciclos
ha disminuido.
"Mucha gente tiene sus bicicletas rotas,
en un rincón de la casa, porque no hay
piezas y cuando aparecen se venden muy caras",
expresó Manuel, un veterano reparador de
ciclos que tiene su licencia desde 1995. "Eso
usted lo ve en la cantidad de clientes que diariamente
atiendo. Cinco años atrás trabajaba
doce horas y no daba abasto. Ahora usted ve, esto
está pasmao", señaló
amargamente.
La situación en el transporte, aunque
no alcanza los niveles de antes de 1989, ha experimentado
una mejoría. Muchos centros de trabajo
poseen ómnibus para el traslado de sus
trabajadores, y con el apoyo de los "azules"
(inspectores que obligan a los transportes estatales
a trasladar pasajeros en la trayectoria que emprenden)
muchas personas prefieren la espera al pedaleo.
"En lo personal, lamento mucho lo que está
pasando con las bicicletas", dice Roberto,
un trabajador de 38 años que diariamente
recorre cerca de ocho kilómetros para ir
de su casa al trabajo y viceversa. "La bicicleta
es un magnífico ejercicio. Mire, antes
del período especial siempre tenía
dolores en las piernas, una artritis que me comía.
Y desde que estoy pedaleando estoy 'campana'",
aseveró mostrando su flamante bicicleta.
Pero no todos piensan así. Alicia, trabajadora
de 47 años, difiere: "Pedalear será
un buen ejercicio, pero para eso hay que tener
una buena alimentación. En los años
duros yo bajé hasta 40 libras, estaba hecha
un esqueleto, y todos los días tenía
que ir para el trabajo en bicicleta, hasta que
un día me desmayé. Por eso vendí
la bicicleta". cnet/27
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