SOCIEDAD
Los
apagones afectan los equipos electrodomésticos
cubanos
LA HABANA, 31 de julio (www.cubanet.org) - No
sólo los molestos y frecuentes apagones
forman parte de las penurias de los cubanos.
Las fluctuaciones de voltaje, muy alto o muy
bajo, es otro quebradero de cabeza porque inutiliza
los equipos electrodomésticos, con mayor
incidencia en el refrigerador, el más útil
en cualquier hogar cubano y también el
más difícil de obtener o reparar.
Para paliar las fluctuaciones de la carga eléctrica,
el gobierno comercializa en su monopólica
red minorista un "desconectador" eléctrico,
tanto en moneda extranjera (con mayor calidad)
como en moneda nacional, con roturas más
frecuentes, que los hace inservibles.
Pero no es suficiente. Tratar de controlar el
voltaje en cada hogar es sólo parte del
problema.
El ingeniero eléctrico holguinero Armando
Martínez Acosta ha dicho: "No se trata
de que haya más o menos 110-120 volts en
la red, sino que la elevación de la corriente
es lo que provoca dentro del equipo un incremento
de temperatura, y el consiguiente deterioro cuando
el calor sobrepasa los rangos permisibles".
Para enfrentar este otro problema, Martínez
inventó y patentó un aditamento
que llamó celador de corriente (CELCOR),
del que ya se producen los primeros destinados
al mercado.
CELCOR está concebido para desconectar
el motocompresor o el relay, si uno de ellos está
trabado, o si existe fricción que recaliente
la máquina, lo que evita se queme el enrollado.
El "desconectador" que inventó
Martínez pone a los cubanos en una nueva
situación para proteger su nevera eléctrica:
tendrá que poseer e instalar no uno sino
dos equipos adicionales de protección interpuestos
entre la línea eléctrica y el refrigerador.
Muy costosos además. Uno para controlar
el voltaje; otro por si hay traba mecánica,
y todo, por lo mismo: fluctuación del voltaje.
Según datos oficiales de los que da cuenta
el semanario holguinero ¡Ahora!, el 80 por
ciento de los motocompresores de los refrigeradores
domésticos se queman por fallos mecánicos.
No ofrecen datos de rotura de neveras comerciales
ni frigoríficos, pero ha de suponerse que
sean también elevados, porque el problema
de la electricidad es el mismo en todo el país.
Ese 80 por ciento al que se refiere el diario
¡Ahora! es equivalente a 100 mil máquinas
de refrigeración doméstica quemadas.
Carnicerías y pescaderías con frecuencia
tienen rotos sus equipos de refrigeración.
Cualquier producto refrigerado que se reciba para
la venta hay que comercializarlo casi al momento.
Una circular del ministerio de Comercio Interior
justifica en la práctica la anómala
situación, ya que da muy corto plazo al
consumidor para extraer el producto que le corresponde
por su exigua cuota, o de lo contrario tendrá
que resignarse a perder el "derecho"
a comprar ese alimento.
Tragedia común y dolorosa es cuando en
cualquier hogar se "quema el frío".
Si se llama a un particular para que lo repare,
cobrará un "ojo de la cara".
La reparación incluirá nuevo enrollado,
presurización y gas refrigerante. Está
demostrado que pocas veces resulta eficiente la
reparación, por lo que la mejor opción
es comprar un nuevo motocompresor, cuyo valor
es de unos 75 dólares (más de 2,000),
para muchos, cifra superior al salario anual.
Esto, sin contar la instalación. Hay familias
que hace años tienen roto el refrigerador
sin poder arreglarlo.
Los refrigeradores, por décadas, los comercializa
sólo el Estado, y hace unos diez años
sólo en moneda extranjera, incluidos los
fabricados en la ciudad de Santa Clara. El precio
rebasa siempre los 550 dólares.
Antes de 1959, un refrigerador norteamericano
nuevo costaba entre 150 y 200 pesos con facilidades
de pago, y cinco años de garantía.
Miles de ellos, hasta con setenta años
de servicio, aún están en funcionamiento.
El problema de la tensión eléctrica
parte de las termoeléctricas y de las subestaciones
de distribución, y por tanto es, totalmente,
una responsabilidad estatal. cnet/12
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