Todo sobre
matrimonio y divorcio en Cuba
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - No es raro cruzarse con una novia
sentada sobre el asiento trasero de un auto descapotable. A "claxonazo"
limpio los autos del cortejo nupcial se desplazan a toda velocidad hacia el
Palacio de los Matrimonios. La familia, los amigos y unos cuantos que
consiguieron pegarse al jolgorio persiguen a la futura esposa montados en una
retahila de autos, para contribuir a la polución sonora. Una carrera
garantizada por choferes diestros en sortear los incontables baches de las
calles. Es la forma de anunciar el casorio al mundo, a falta de crónicas
sociales en los diarios.
Con tal preámbulo de bocinazos y felicitaciones de familiares y
amigos se legalizaron en Cuba 57,001 matrimonios en el año 2000. En 1994
se legalizaron 116,935 uniones, cifra mayor, pero en 1995 descendió a
65,009, mientras en 1999 sólo alcanzó a 57,252 casamientos. La
realización y disolución de uniones conyugales se rigieron desde
1899 hasta 1975 por el mismo código.
La otra cara de la moneda son los divorcios. En Cuba la acción del
divorcio se regula a través del Código de Familia. En 1994, por
cada 100 matrimonios hubo 48,4 divorcios. En 1995, hubo 57,4 por cada 100
uniones. En los años 1996, 97 y 98 las cifras fueron de 63,4, 67,6 y
61,3, respectivamente. Mas la cifra se relanzó en ascenso, pues en 1999
hubo 69,9 disoluciones de matrimonio por cada 100 uniones.
La mayorìa de los divorcios en 1999 se situó entre las edades
de 25 y 29 años. En el citado año, en los matrimonios entre tres y
cinco años hubo 9,787 divorcios, y entre las edades de seis y nueve años
fueron 10,615 divorcios. ¡Candela con la titimanía!*
Es notorio que el 78,1 por ciento de los divorciados vivían con la
familia (los llamados agregados). Es sabido que "el que se casa, casa
quiere", y la imposibilidad de lograrlo bien puede ser una de las causas de
divorcios en la isla.
La anulación legal del vínculo matrimonial cuesta 100 pesos en
cualquier bufete colectivo (establecimiento estatal donde laboran los abogados y
los notarios). Vale como argumento del divorcio la mera razón de desear
separarse por incomprensión mutua. Mas las verdaderas causas son , en
muchas ocasiones, provocadas por la situación social que se vive en Cuba.
Falta crónica de viviendas, desplazamientos geográficos por
necesidad laboral, constante crisis material que empuja a emprender proyectos de
vida individuales, independencia económica relativa de las mujeres
contribuyen ¡cómo no! a disolver las parejas.
Ya el divorcio se ha convertido para muchos en tradición familiar.
Abuelos, padres, hijos, nietos divorciados forman una grieta insalvable en
numerosas familias cubanas.
En un cumpleaños al que asistí invitado, observé c'omo
el fotógrafo se desempeñó como un verdadero diplomático
para retratar a la infantil festejada con las parejas "desparejadas"
de sus padres y sus abuelos divorciados. ¡Ganancia para el fotógrafo,
que en lugar de dos fotografías hizo cuatro!
(*) Titimanía - Tendencia a preferir mujeres jóvenes luego
de un divorcio.
Referencias: Anuario Estadístico de Cuba, año
2000.
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