Uno más
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Aunque ahora lo acusan de resistencia,
desorden público y desacato, José Manuel Pereira Hernández
estaba durmiendo cuando cuatro oficiales de la policía política
(DSE) llegaron a su casa a arrestarlo el 26 de febrero.
Pereira, de 39 años y miembro del grupo opositor Liga Cívica
Martiana, está encerrado en un calabozo del Departamento Técnico
de Investigaciones (DTI), ubicado en las calles 100 y Aldabó de esta
capital.
Durante los últimos dos años, Pereira ha sido detenido en
catorce ocasiones por participar en actividades pacíficas organizadas por
agrupaciones de la resistencia interna pero, al parecer, en esta ocasión
las autoridades lo juzgarán y lo enviarán a prisión por un
tiempo relativamente largo.
Pereira ya estuvo preso anteriormente, pero por asuntos que no tienen nada
que ver con sus actuales actividades políticas. Su madre, la señora
Felicia Hernández, cuenta que con 19 años su hijo fue condenado a
diez años de cárcel porque siendo custodio del Parque Lenin, junto
a un compañero de trabajo, se introdujo en una cafetería y empezó
a comer de todo lo que allí había. Fue sorprendido con la comida
en la boca.
Cumplió una buena parte de la condena y luego -como se dice de manera
oficial en Cuba- se reincorporó a la sociedad. Al respecto, en un artículo
publicado en el periódico Juventud Rebelde el 14 de enero de 1992 cuyo título
es "La Güinera", se lee: "José Manuel (Pereira Hernández),
con sus 26 años, y luego de cumplir siete en prisión, ha cambiado
tanto que ahora es jefe de vigilancia en su CDR (Comité de Defensa de la
Revolución) y ganador de varias competencias de albañilería,
que le han reportado premios y felicitaciones especiales. En estos momentos está
siendo procesado como aspirante a la UJC (Unión de Jóvenes
Comunistas)".
Pero parece que sus antecedentes de joven "vándalo" pesaban
bastante, porque poco tiempo después de este artículo del "diario
de la juventud cubana" José Manuel fue encarcelado nuevamente porque
hubo un robo en las oficinas de cobro de la Empresa Eléctrica, lugar
donde él estuvo trabajando como ejecutor de las obras del inmueble donde
radican estas oficinas.
En esta ocasión estuvo dos años tras las rejas, pero como no
existía ningún tipo de prueba en su contra lo liberaron sin
siquiera llevarlo a juicio. Sin embargo, como de acuerdo a una ley tenía
derecho a que lo indemnizarán, José Manuel hizo la reclamación
pertinente porque incluso de su casa la policía le llevó 700 pesos
y sus herramientas de trabajo.
Pero el resarcimiento por los daños que le infligieron nunca llegó,
porque cada vez que reclamaba, citaban al juicio pero siempre lo suspendían.
Así sucedió durante siete años hasta que José Manuel
desistió de seguir reclamando la indemnización.
José Manuel es hijo y víctima del sistema socialista que lo
formó. Es un hombre sencillo, un trabajador humilde que realiza labores
de albañil para ganarse el sustento y el de su familia. El quiere que en
Cuba hayan transformaciones políticas. Quizás teóricamente
no sepa qué es la democracia, pero sí sabe perfectamente que en su
país hay una dictadura comunista.
El forma parte de los 26 que fueron detenidos en la nueva ola represiva que
desató el régimen de Castro entre el 23 de febrero y el primero de
marzo, y a quienes parece que dejará presos.
No cabe dudas que la cárcel es el lugar donde el castrismo quiere
tener a sus opositores. Pero la cárcel es también el reflejo de la
verdadera esencia de un régimen cuyo principal dirigente repite que Cuba
es el país más libre y democrático del mundo.
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