Federación
de Periodistas Cubanos pide liberación de Carlos Alberto Domínguez
LA HABANA, 22 de marzo (Comité Ejecutivo de la FEPEC /
www.cubanet.org) - El periodista independiente Carlos Alberto Domínguez
fue arrestado en su domicilio en horas de la tarde del 23 de febrero por cuatro
agentes de la Seguridad del Estado, que lo condujeron primero a Villa Maristas
(cuartel general de la policía política) y luego al Departamento Técnico
de Investigaciones (DTI) en esta Ciudad La Habana. Más tarde, por motivos
de salud, lo trasladaron a la sala de penados del hospital militar Carlos J.
Finlay, lugar donde se encuentra hasta el momento.
Carlos Alberto tiene 48 años y padece la enfermedad crónica
llamada migraña rebelde a tratamiento médico y además de
hipertensión arterial.
Carlos Alberto pertenece a la agencia de prensa independiente Cuba-Verdad y
había participado en misas católicas que todos los días 11
y 24 de cada mes se han oficiado a petición de miembros de la disidencia
en la isla, en recordación de las víctimas de los atentados
terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos de América y
por la libertad de los presos políticos, respectivamente.
En las dos últimas congregaciones, el 24 de enero y el 11 de febrero,
varias personas gritaron "¡Libertad para los presos políticos!"
y "¡Vivan los derechos humanos!", por lo que terminaron
reprimidas por agentes de la policía política y elementos pro
gubernamentales. Algunas de estas personas fueron detenidas y puestas en
libertad tras pocas horas de retención.
Carlos Alberto, su esposa y sus tres hijos adolescentes tienen visas para
emigrar a los Estados Unidos de América desde junio de 2000, pero el
gobierno de Cuba no les permite salir del país.
Por tanto, la Federación de Periodistas Cubanos (FEPEC) solicita al
gobierno de La Habana que Carlos Alberto Domínguez sea puesto
inmediatamente en libertad, pues sus actividades no constituyen delito, máxime
si se tiene en cuenta que algunas de las más representativas figuras del
Estado han asegurado, en más de una ocasión, que en Cuba nadie es
encarcelado por sus ideas ni por sus opiniones políticas.
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