Más
que una cifra
Fara Armenteros, UPECI
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Caminaba despacio por la Habana Vieja
sin ver el polvo ni las piedras. Lloraba en silencio, sin cesar. Numerosas
personas transitaban por las calles, hacían filas para los taxis
colectivos o en las paradas de los camellos (camiones de carga que el gobierno
de Fidel Castro adaptó para el transporte de pasajeros). Nadie vio la
tragedia de la joven. Todos andan tan inmersos en sus problemas propios que
raramente pueden ver el de los demás.
Solamente un jovencito le dijo: "¡Niña, hoy no se llora. Es
el Día Internacional de la Mujer!" -y después le ofreció
una florecita que ella no atinó a coger.
Ibamos en el mismo sentido. Ella había salido del Tribunal Popular
Provincial, ubicado en al calle Teniente Rey entre Prado y Zulueta. Yo de la
librería que está en la esquina del tribunal.
Nos detuvimos para pasar la calle. Aproveché para preguntarle por qué
lloraba.
Me dijo que se llama Aleida Navarro León y que lloraba porque teme
por la vida de su madre Sofía Nuri León Rodríguez, quien
desde el 25 de enero está encerrada en la cárcel de mujeres que
llaman Manto Negro porque le revocaron una condena de tres años de
trabajo correccional sin internamiento que le ratificaron en 1997 por el
presunto delito de juego prohibido.
"Mi mamá está jubilada por incapacidad total -explica
Aleida- pues padece de artritis reumática generalizada, cardiopatía
isquémica e hipertensión arterial grado III, severa. ¡Qué
día de la mujer estamos pasando!"
La prensa nacional hace días que repite datos estadísticos de
los supuestos logros alcanzados por lo que los periodistas oficialistas
denominan el movimiento femenino cubano posterior a 1959.
Sin embargo, Aleida cree que el encarcelamiento de su madre se debe a las
dificultades de orden burocrático existentes en el país. "No
encuentro otra explicación al problema. Le he escrito al Consejo de
Estado, al Tribunal Supremo, a la Fiscalía General de la República,
al ministro del Interior y por último al Ministerio de Justicia, pero
hasta el momento no me han dado ninguna respuesta" -afirma la joven.
Aleida salió llorando del tribunal porque dice que se sintió
humillada, maltratada. "Por esto me rebelé. Es la vida de mi mamá
la que está en juego..."
La joven prosigue: "La funcionaria que me atendió llamó a
una mujer policía para que me echara del lugar. Quizás pensó
que me iban a golpear o que me iba a intimidar pero, sucedió lo
contrario, la agente habló conmigo decentemente, ella me multó por
desorden pero me dijo que yo tenía motivos para estar desesperada y añadió
que con alteraciones no podría solucionar el problema. Me acompañó
hasta la puerta".
"Yo le expliqué a la policía todo, y además le
dije que por la televisión todo se ve muy bonito" -agrega Aleida.
Evidentemente, la funcionaria del Tribunal Popular Provincial no tuvo en
cuenta que las mujeres no son una cifra, sino un ser humano con derechos
inalienables.
Llegó el momento de despedirme de Aleida Navarro León. Me
aseguró que buscaría la ayuda de otro abogado, pues fue a uno y
ella dice que el individuo le dio de lado. "Tengo que hacer algo para sacar
a mi mamá de ese tormento que es Manto Negro" -concluyó la
joven.
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