Señor
capitán, falta una pasajera
Lucas Garve, CPI
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - En el número 21/22 la revista
Encuentro de la Cultura Cubana publicó un artículo del señor
Joel F. Rosell, escritor especialista en literatura infantil residente en Buenos
Aires y París, titulado "Por esos mares del mundo anda un barco de
papel".
En su escrito el señor Rosell apunta: "En las primeras décadas
republicanas la mayoría de esas creaciones se hospedan dentro de libros
para adultos (de autores tan destacados como Nicolás Guillén,
Mariano Brull, Emilio Ballagas)". Solamente tiene en cuenta como hitos
posteriores de la literatura infantil a Cuentos de Apolo (1948) de Hilda Perera,
y Pelusín y los Pájaros (1956) de Dora Alonso.
El señor Rosell desconoce que en 1936 el libro Romancero de la
Maestrilla fue premiado en un concurso de la Sociedad Lyceum por un prestigioso
jurado. De este libro habla en el prólogo de Libreta de Trabajo (Renée
Potts Rodríguez, editorial Gente Nueva, 1988) Excilia Saldaña: "Pero
lo más importante y que aún no te he dicho, es que no sólo
fue el libro más lindo del concurso, sino el más importante de
cuantos se escribieron para los niños, directamente para los niños,
durante todo el período anterior a la Revolución. Desde hace más
de 50 años Renée Potts escribe sus romances, canciones, letrillas,
adivinanzas, cuentos, teatro".
En un artículo titulado "Presencia de Renée", el
periodista Omar Perdomo expresó a raíz de cumplir 50 años
la publicación del Romancero de la Maestrilla en 1986: "(...) quien
se disponga a escribir la historia de la literatura cubana para niños,
adolescentes y jóvenes, no podría pasar por alto el Romancero de
la Maestrilla ..." Justamente en 1943, apareció en la selección
Nuevo Ritmo de la Poesía Infantil, publicado en Buenos Aires por encargo
de la editora Hachette, un texto perteneciente al Romancero, "Bolka, la niña
de Odessa".
Además, Renée Potts escribió teatro para niños
(la pieza Las Babuchas de Abú Cassim, estrenada en Camagüey en 1962
por el grupo La Edad de Oro) y durante los años 60 escribió para
la radio y televisión cubanas. Sus poemas aparecieron en los libros de
lectura de la enseñanza primaria.
Como periodista y autora dramática también tuvo una larga
trayectoria, y dirigió la publicación para niños Mundo
Infantil durante varios años. Potts Rodríguez falleció en
La Habana en enero de 2000, a los 92 años.
En fin, que por ese barco de papel del señor Rosell faltaba una
pasajera, y por cierto, la primera en montarse en la embarcación en el
siglo XX cubano.
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