Appartheid
tropical
Regina del Sol y Alejandro Hernández, AIDH
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - En un país tropical como el
nuestro, nada hay más refrescante que una copa de helado para mitigar el
calor. Sin embargo, para el cubano medio, tomarse una copa de helado Coppelia
requiere de una carga de paciencia que pocos en el mundo serían capaces
de tener.
La heladería Coppelia, ubicada en el corazón de La Rampa en la
ciudad de La Habana, es un lugar obligado de escala para los habaneros y para
los que visitan la capital procedentes del interior del país. Pero esto
ya es parte de la historia, en la actualidad tomarse un helado Coppelia es una
odisea. Las colas para adquirir el preciado producto en ocasiones superan las
150 personas, los molotes y las dicusiones por entrar primero, constituyen parte
del paisaje de ese céntrico lugar.
Misleydis Hernández, que vive en el barrio del Cerro, acudió a
Coppelia para poder brindarle un helado a su pequeño hijo de 5 años.
Se encontraba en la cola desde las 10:30 de la mañana y a las 11:30 aún
no había podido entrar. "Esto es una desgracia, entre los que se
cuelan y la lentitud en el servicio tal parece que una no va a salir nunca de
aquí", declaró con la cara sudorosa y tratando de controlar
al niño. "Lo más difícil de esto es que al lado, que
venden en divisas, no hay cola y casi todas las mesas están vacías".
Pudimos comprobar que a escasos 10 metros de la entrada a la heladería
en moneda nacional, existe otra expendedora (también perteneciente a
Coppelia) que oferta los helados en divisas. En el momento del reportaje, de
seis mesas con que cuenta el local, solamente una se encontraba ocupada por
cuatro turistas extranjeros.
El trabajador cubano, que recibe su salario íntegramente en moneda
nacional, no tiene acceso a estos helados en dólares, y si desea saborear
uno, no le queda otra opción que esperar pacientemente en una inmensa
cola.
Al final de la conversación Misleydis me decía: "Imagínese
usted, ¿cómo yo le explico a Yunier (es el nombre de su hijo) que no
podemos sentarnos en esas mesas vacías y que debemos esperar a que nos
toque el turno en esta cola interminable?"
En la Cuba de hoy, además de toda la segregación existente
entre nacionales y turistas, también el helado Coppelia entra en el
sistema del Apartheid.
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