Rui Ferreira..
El Nuevo Herald, julio 22,
2002.
El exilio cubano está en una capacidad única de ayudar a un
cambio político en la isla si decide prestar una ayuda masiva a la
oposición interna en Cuba, dijo una importante diplomática
estadounidense.
Según Vicki Huddleston, jefa de la misión diplomática
de su país en La Habana, "cuanto más gente se dé
cuenta de que un cambio es posible, más real se torna la posibilidad de
dar ese cambio''.
En una entrevista exclusiva con El Nuevo Herald, la diplomática que
termina su misión en La Habana el 3 de septiembre, dijo que está
convencida que el apoyo del exilio cubano a la oposición aceleraría
dramáticamente ese cambio en la isla.
''Mientras las personas no tengan esperanza, que no vean ningún
futuro y que lo único que les queda es quedarse o enterrar la cabeza en
la arena, no hay posibilidades de un cambio''. Por eso, ''si hay cubanos en
Estados Unidos que tengan la voluntad de ayudarnos a apoyarlos, de invertir en
su futuro, los cambios son inevitables'', añadió.
En ese sentido, narró como en 1999 durante la administración
de Bill Clinton, congregó un grupo de trabajo y "comencé a
convencer a la burocracia [en Washington] de que deberíamos ayudar a la
sociedad civil cubana''.
''Les decía que si distribuíamos unos 2,000 libros al año,
por qué no distribuir 50,000. La cosa cuajó, hemos distribuido
miles de radios, que al contrario de otros países no están
sintonizados en ninguna frecuencia específica, sino que cada cual puede
escoger lo que quiera escuchar. Pronto vamos a tener un centro de prensa en el
consulado, para los periodistas independientes y quien más quiera recibir
información'', afirmó.
Huddleston dijo que la ayuda a la disidencia interna debiera traducirse no sólo
en computadoras, faxes, libros o revistas -''en Cuba tener un periódico
hace la diferencia''- como también dar publicidad a las actividades
opositoras como forma de proteger a los activistas.
''Cuando los [gobiernos] europeos se involucraron en la divulgación
del Proyecto Varela, el gobierno se volvió más cauteloso'', dijo.
Según la jefa de la Sección de Intereses de Estados Unidos en
La Habana, el Proyecto Varela fue la mayor y mejor movilización de la
oposición cubana lo cual preocupó de sobremanera al gobierno de
Fidel Castro que reaccionó de la peor forma posible.
''La gente no está muy contenta de haber ido a votar obligada'',
dijo, refiriéndose a un referéndum que terminó modificando
la constitución y cerrando el paso a cualquier posibilidad de cambio en
la sociedad dentro del sistema.
Huddleston no cree que la reacción de Castro se deba directamente al
hecho de que el presidente George W. Bush haya abogado por la realización
de elecciones, sino que fue una consecuencia directa de la estancia del ex
presidente Jimmy Carter en Cuba.
''El discurso de Bush fue un pretexto. El Presidente le dijo apenas que
hiciera elecciones, ni siquiera le dijo que se fuera. Lo que le preocupó
fue lo que Carter hizo, que logró que el Proyecto Varela se hiciera
conocido entre los cubanos. Castro estaba en la audiencia y no pudo responder,
se dio cuenta que el ex presidente mencionó el proyecto sin que pareciera
que lo estaba apoyando, y debe haberse dicho que tendría que hacer algo
para que [los cubanos] lo olviden'', dijo la diplomática.
Pero la reacción en sí también aportó a los
observadores estadounidenses indicios interesantes. ''Lo que Carter hizo fue que
el pueblo cubano comenzara a hablar de democracia y cambios, y la reacción
de Castro nos permitió a nosotros ver sus debilidades'', indicó.
La política cubana en los últimos meses, amplió, "ha
sido una cadena de cálculos mal hechos. Trataron de reprimir a la gente
pensando que podían comprar tiempo, pero los opositores consiguieron las
firmas para el Proyecto Varela. En Ginebra terminaron dándose cuenta que
no podían hacer nada. Después trataron que las firmas no llegaran
a La Habana y Osvaldo Payá como buen estratega político esperó
la oportunidad de la visita de Carter para entregarlos en la Asamblea''.
Y, ¿cómo quiere ser recordada en Cuba?.
"Sospecho que se van a acordar de mi por los radios, pero también
me recordarán por haber sido siempre un apoyo para los opositores y es un
orgullo para mi haber estado asociada al Proyecto Varela''.
Vicki Huddleston, la diplomacia del
coraje / El Nuevo Herald |