La Habana en
peligro de muerte
Tania Díaz Castro
LA HABANA, 28 de enero (www.cubanet.org) - No es de extrañar que en
la prensa nacional cubana se diga que en la ciudad de La Habana más del
85 por ciento de los focos del mosquito Aedes aegyptis, causante de la
enfermedad nombrada dengue, han sido detectados en tanques de agua instalados en
las azoteas, que han permanecido durante décadas sin tapa y en las peores
condiciones. Además, que el 43 por ciento de los criaderos se han
localizado en los tanques colocados en el interior de las viviendas, ya sean
apartamentos o habitaciones de solares, algo frecuente en la capital de la isla
después del triunfo revolucionario de Fidel Castro, ante la grave escasez
de agua.
Por esta razón, el gobierno se ha visto precisado a invertir un pequeño
capital -algo que jamás hizo en 43 años- con el fin de intentar
solucionar tan caótico problema, producir miles de tapas y distribuir
tanques de asbesto y plástico a la población.
La situación es bien difícil. A estas alturas, Ciudad La
Habana, con sus 700 mil viviendas necesitadas de reparación, representa
un gran peso para la administración Castro. Por lo general, estos
inmuebles, abandonados a su suerte, incluyendo los pequeños edificios de
apartamentos llamados "microbrigadas", construidos por estos tiempos,
requieren de un gran presupuesto y varios años de trabajo para que
vuelvan a ser como eran.
Por otra parte, los organismos estatales bajo cuya responsabilidad recae el
saneamiento de la capital se han despreocupado a lo largo de estas décadas
no sólo por falta de equipos, sino también de una buena organización.
Así, el ejemplo de educación sanitaria que ha inspirado a la
población el propio Estado no ha sido la mejor.
Sin embargo, ante el peligro de una epidemia de dengue se quiere lograr en sólo
28 días lo que ha estado ausente durante mucho tiempo: disciplina por
parte de los ciudadanos y, sobre todo, un trabajo eficaz por parte del Estado.
Los que fumigan, personas adiestradas recientemente en estas labores, alegan
que el mosquito hembra pone sus huevos introduciéndose fácilmente
hasta por los resquicios de las tapas de los tanques. Si esto es así, la
guerra a muerte contra el insecto asesino será un verdadero fracaso
porque, ¿cómo tapar herméticamente un tanque plástico,
con una abertura en la parte superior para manipular el flotante que permanece
en su interior? ¿Qué tipo de tapa sería esta, para depósitos
interiores, que no dejara pequeños orificios en sus bordes?
Sólo veo una solución para nuestra desvencijada y ruinosa
capital: resolver el problema del agua en las viviendas y suprimir los tanques
interiores. También, proporcionarle mantenimiento periódico a los
tanques colocados en las azoteas.
No es pesimismo, pero todo lo veo muy difícil, sobre todo, bajo un régimen
que ha puesto a La Habana en peligro de muerte.
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