Acosada
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - Bárbara Lorenzo de Armas tiene
35 años de edad y tres hijos, dos adolescentes y una bebita de apenas un
año, no pertenece a ninguna organización disidente u opositora
dentro de la isla, y sin embargo dice sentirse acosada por la policía política
de Cuba.
"Todo comenzó -afirma- cuando, al enterarme de que una avioneta
dedicada a la fumigación había sido conducida con varias personas
a bordo hacia la Florida, comenté en el parque de Managua (localidad
donde reside) ¿por qué el piloto no me habrá avisado para yo
también haberme ido del país?"
Poco tiempo después, el esposo de Bárbara, nombrado Juan
Carlos Sánchez, viajó a México y después a Estados
Unidos, donde reside actualmente. Entonces, tres oficiales del Departamento de
Seguridad del Estado (DSE) se presentaron en el domicilio de la mujer y la
condujeron en un auto marca Lada, color blanco, al Departamento Técnico
de Investigaciones (DTI), instalación de la policía criminal
ubicado en 100 y Aldabó, en el municipio Boyeros.
En ese entonces, aunque Bárbara tenía siete meses de embarazo,
la interrogaron varias horas. "La Seguridad del Estado decía que mi
esposo iba a venir a buscarme en un avión robado y que él (su
esposo) se había ido de Cuba con documentación falsa, por lo que
me exigieron que hablara todo lo que yo sabía sobre el asunto"
-recordó.
Bárbara prosigue: "Un mes después, en diciembre de 2000,
la Seguridad del Estado me llevó nuevamente para 100 y Aldabó. En
esta ocasión eran tres oficiales haciéndome preguntas al mismo
tiempo. Yo tenía mucho miedo, estaba muy nerviosa. Me dijeron que me iban
a trasladar a Villa Maristas (cuartel general del DSE) y que me iban a quitar la
niña cuando naciera si no cooperaba con ellos. También me
expresaron que podían hacer conmigo lo que ellos quisieran".
La mujer explica las consecuencias inmediatas de tales maltratos. "Allí
empecé a tener sangramiento -señala- por lo que pedí algodón,
pero los oficiales me dijeron que no había, y me dieron un pedazo de
papel para que lo usara como almohadilla sanitaria. Mi hija nació
inmediatamente después de esto. El parto se me presentó a los ocho
meses".
La mujer agrega que la dejaron tranquila "un tiempito". Pero en
abril de 2001 un oficial de la policía política que dijo llamarse
Diorlis estuvo en su casa y le exigió que le dejara leer una carta que
ella había recibido de su esposo por esos días. La Constitución
de Cuba dice que la correspondencia es inviolable.
Ese mismo mes, abril, citaron oficialmente a Bárbara y a su hermana
Tania Morales de Armas para la estación de la Policía Nacional
Revolucionaria (PNR) ubicada en Santiago de las Vegas.
"Allí la Seguridad del Estado volvió a interrogarme. Otra
vez me preguntaron cómo mi esposo había resuelto los documentos
para irse del país y de qué forma y cuándo iba a mandar el
avión a buscarme. A mi hermana le preguntaron sobre lo mismo. Me hicieron
firmar un acta de advertencia y me dijeron que me tendrían
permanentemente vigilada. Yo no he hecho nada. Pero no puedo vivir así.
Tengo miedo" -expresó Bárbara.
Le pregunté a Bárbara, pues su primer apellido coincide, si es
familia de Orestes Lorenzo, el piloto cubano del llamado vuelo del amor, pero me
respondió que nunca ha oído mencionar a esa persona.
Bárbara reside en una humilde vivienda interior a la que el huracán
Michelle le arrancó el techo y que pudo reparar, según dijo,
gracias a que su esposo todos los meses le envía dinero desde Miami.
Mientras conversábamos, la pequeña de Bárbara con sus
lindos ojos negros parecía abarcarlo todo. Miré un instante su
hermosa carita, sus ojos preciosos, y pensé que un régimen político
que tiene que acosar a una mujer debe ser profundamente débil.
Bárbara Lorenzo de Armas habita en la calle San Isidro #118 interior,
entre Parque y Esperanza, en la localidad de Managua, municipio habanero Arroyo
Naranjo.
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