Pablo Milanés:
"No se puede ser esclavo de la política"
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - El artista mimado del oficialismo,
Pablo Milanés, ha hecho
declaraciones públicas
sorprendentes, que aquí muchos interpretan como toma de postura
independiente y otros como ruptura con la doble moral que mantiene la
generalidad de la población para poder subsistir.
Milanés ha procurado mantenerse equidistante de la política en
los últimos años, a pesar de ser un compositor y cantante obligado
a estar presente en las grandes conmemoraciones revolucionarias.
En una entrevista publicada recientemente en el periódico barcelonés
La Vanguardia, Pablo Milanés se define: "Nunca me he fallado a mí
mismo" -a pesar que es ahora cuando confiesa sus contradicciones ideológicas
con el régimen- "tú tienes que definirte y a veces no escoges
el mejor camino. Así se tomaron (por el castrismo) determinadas medidas
reaccionarias represivas (censura, falta de libertades...), medidas que no tenían
sentido y que todavía sobreviven".
Cuestionado sobre el tema de la familia, Milanés dijo que la
considera una entidad en crisis, "pero debo reconocer que sorprendentemente
es una de las estructuras que sostienen los valores de la sociedad (...) sólo
nos queda la familia como último refugio".
En la familia de Milanés no todos están de acuerdo con la
revolución (o sea el régimen totalitario) porque -según él-
"en las familias cubanas nunca ha habido acuerdo, siempre han existido
contradicciones (...) Es el mayor desgarro que sufre la sociedad cubana y uno
de los peores errores de la revolución que todavía no ha sabido
solucionar. Los cubanos no debíamos haber acabado separados".
Pablo Milanés no se considera un peón importante de la
revolución. Entonces es la revolución quien lo empleó como
peón.
El artista se duele de que "Cuba ha tenido una crisis económica
en la que se han perdido valores morales. Medidas económicas como la
dolarización han vuelto a instaurar diferencias sociales entre los
cubanos". Pero sería conveniente cuestionar si alguna vez en Cuba
desaparecieron las diferencias sociales, ahora muy aumentadas.
Es muy honesta su confesión de que estaba lleno de prejuicios hacia
los cubanos de Miami, pero que se dio cuenta de su error porque "no se
puede ser esclavo de la política". Un Pablo Milanés ni muy
muy, ni tan tan. Un Pablo Milanés que se reconcilia consigo mismo, en
primer término, lo que la comunidad de Miami no debe perder de vista y
consideración.
A la pregunta ¿se equivoca Fidel Castro? Milanés respondió:
"Se equivoca todo el que sea intolerante y absolutista. Se equivocan Fidel
y cien mil más". ¡Candela!
Así resumió Milanés los principios que rigen su vida: "Ser
como soy y no traicionarme. Creo que cumpliendo ese principio hasta que me muera
yo voy a ser un hombre feliz... Nunca me he fallado a mí mismo".
Por el momento, el régimen de La Habana ha hecho absoluto mutis en
relación con la entrevista. Tampoco es fácil decir algo que
contradiga a este cubano de nombradía internacional que tiene tantos
admiradores en todo el orbe.
Como tendiendo una cortina de humo sobre las incisivas palabras del autor de
Yolanda, Para vivir y No te pido, entre otras célebres, se anuncia en el
periódico de la oficialidad que el primer día de marzo Milanés
estará en Cuba para proseguir sus proyectos musicales.
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